Tengo una pregunta para usted fue todo un éxito de audiencia: 5.834.000 espectadores fue la media durante todo el programa; en total, un 30,3% de share, que dejó por los suelos la preponderancia habitual de House y Los Serrano.

Sin embargo, a pesar del éxito de audiencia, Lorenzo Milá, conductor del programa, lamentó que el presidente no hubiera ofrecido un discurso menos previsible.

Con las cifras de audiencia en la mano y la intervención de Zapatero en la retina, con análisis de los precios del café en España incluido, los medios han hecho públicas sus impresiones al respecto.

En su editorial, Café solo, considera un acierto "el nuevo formato" con el que "TVE se ha apuntado un buen tanto" porque "ofrece posibilidades por lo que supone de cercanía entre políticos y gente de la calle"; sin embargo, afirma que "las respuestas de Zapatero" fueron "muy decepcionantes" porque estaban "plagadas de lugares comunes y frases esterotipadas" e incluso "parecía llevar la lección aprendida de antemano".

"Lo peor de todo", para ABC, fue "la inconsistencia y la fragilidad de los argumentos".

Martín Prieto, articulista del diario, se muestra decepcionado con el programa, porque lo considera un "muy mal formato, peor copiado del de Francia".

Cree que "Rodríguez Zapatero se mostró feliz ante una clase de párvulos, sensación acentuada por su confianzudo tuteo mientras los demás le trataban de usted".

En favor del programa, señala que "el público preseleccionado formulaba preguntas interesantes y hasta inquietantes" pero, según Prieto "eran rápidamente despachadas por el presidente sin límite de tiempo, obviadas y tratadas en general como una clase de educación cívica a unos mamoncetes".

En El mundo de ZP, su editorial del jueves, afirma que "Zapatero salió vivo del encierro, lo que no es poco habida cuenta que era un formato inédito en España", a lo que apostilla que "desde luego no brilló".

"No cometió errores de bulto", continúa, porque "dio la impresión de conocer en general los temas", pero le reprueba la exhibición de "una exagerada verborrea de leyes y de optimistas cifras macroeconómicas" así como la "escasa naturalidad" mostrada.

Cecilia García escribe una crítica en la sección de Televisión del periódico donde sentencia sobre Zapatero: "vale que tenga un defecto de serie: el escaso, por no decir nulo, lenguaje corporal pero podía haberse esforzado para no estar tan rígido".

No cree que se acercara a los ciudadanos, aunque les habló "de tú, como guiño de cercanía, y les miró directamente a los ojos".

Afirma que el presidente estaba "desgranando cifras y letras mientras un puñado de gente normal le planteaba cuestiones normales, de andar por casa, que seguían esperando una respuesta mientras éste se metía en jardines dialécticos.

De Lorenzo Milá afirma que estuvo "muy en sitio" rogándole "que fuese más ágil" y concluye pidiéndole a Rajoy "qué tome nota".

José Antonio Martínez Soler ha publicado en su blog una reflexión al respecto de la intervención de Zapatero en el programa y sobre las cifras de audiencia.

Aprueba a los entrevistadores porque "casi todos ellos fueron al grano" pero estima que "Zapatero estuvo bastante regular" argumentando que se le vio "pesado, lento, soso y bastante rollo" aunque "se sabía la lección y dijo todo lo que tenía pensado decir".

De Lorenzo Milá asevera que "estuvo correcto" mientras que para el realizador, Antonio Casado, van los mayores elogios por "pinchar los primeros planos de quienes hicieron las preguntas mientras escuchaban las respuestas del presidente" porque "sus caras eran todo un poema".

Su conclusión es que "el resultado fue extraordinario, seguramente por la identificación del público con los entrevistadores".

Arsenio Escolar, director de la publicación, considera que los entrevistadores "dieron una lección a los periodistas" porque "preguntaron mucho sobre los asuntos que preocupan en la calle, y bastante menos sobre los que preocupan a las élites o a los políticos".