El Museo de Educación Ambiental organiza esta semana una nueva edición del mercadillo de intercambio sin dinero, como corresponde a todas las últimas semanas de mes. Se desarrollará hasta este viernes, 30 de mayo, en la calle Errotazar, s/n, en sus instalaciones del Monasterio Viejo de San Pedro. La entrada es gratuita, en horario del museo, de 10 a 13 horas y de 18 a 20.

Este mercadillo no se basa en el intercambio de objetos o trueque, sino que se nutre con las aportaciones de sus asistentes. Se trata de donar elementos que ya no se usan y buscar otros que se necesitan, sin coste alguno. En ningún momento interviene el intercambio de elementos entre los asistentes. Las personas dejan todo tipo de artículos, que en ese momento pasan a ser del museo, y si encuentran algo que les interesa, pueden llevárselo. De esta forma, se pretende que las cosas recuperen una utilidad que perdieron para sus actuales poseedores, en manos de sus nuevos dueños, ha informado el Ayuntamiento en una nota.

Para todos los públicos

En la actualidad el repertorio del mercadillo es muy variado. Las prendas están ordenadas según las distintas edades y géneros, de forma que se puede encontrar desde ropa de bebé hasta sudaderas de hombre, pasando por pantalones de adolescente y vestidos de mujer. También pueden hallarse complementos diversos como bufandas, mochilas escolares, abrigos, guantes, gorros y zapatos. Todos ellos pasan el filtro del personal del museo, de modo que no hay prendas sucias ni rotas. El exceso de ropa se lleva a la Fundación Traperos de Emaús.

Además de estos artículos clásicos, también hay un apartado de lectura con enciclopedias, ejemplares para adultos, cuentos y libros en euskera. Los DVD también encuentran su espacio, con clásicos de John Wayne, recorridos por Navarra y documentales sobre naturaleza o programas infantiles. No se aceptan cintas de VHS ni productos pirateados, los cuales se llevan al Punto Limpio.

Otra sección la constituyen los juguetes, juegos de mesa, peluches o las tradicionales muñecas. En la última zona pueden encontrarse elementos variados como mantelerías, humidificadores, carteras, bisutería, bolsos, cadenas de nieve para el coche, cuadros o cochecitos de bebé.

Además de favorecer tanto a quien se desprende del objeto que no utiliza como a quien lo obtiene, esta dinámica beneficia al medio ambiente, ya que evita la demanda de nueva producción. De esta forma, se contribuye al cuidado del entorno porque deja de emplearse de forma innecesaria materia prima y se ahorra energía. Este mercadillo no debe confundirse con otro más espaciado en el tiempo y dedicado exclusivamente a la bicicleta y a sus repuestos, intercambios y piezas, que comenzará el próximo 16 de junio.