600 vecinos de San Nicolás de Bari, con un censo de 4.818 residentes, apoyan con su firma, según Francisco Conesa, su presidente, «que tiren la casa de Gabriel Miró (o finca de Benissaudet) y vuelva a construirse de nuevo».

Según Conesa, el alcalde  apoya la iniciativa «como parte de su campaña electoral». A su juicio, la mansión «sólo ha traído problemas a los vecinos de la zona».

Conesa esgrime que, en opinión del alcalde y del edil Juan Zaragoza, «cuesta más reformarla que volverla a hacer, respetando la fachada y poniéndola recta».

El proyecto costará «más de 3,6 millones de euros» y alojará un cuartel de 50 policías locales, aula de cultura, biblioteca y un racó.

El edificio, que está protegido, lo compró el Ayuntamiento en 1984 por 73 millones de las antiguas pesetas a los herederos de la mujer del literato, Clemencia Maignon. Durante años fue lugar de veraneo del escritor, entonces funcionario de la Mancomunitat de Barcelona.