Cemento no es esponja
«Los tejados, el cemento y el asfalto no absorberán la lluvia», cuenta Ruiz Sinoga, que también es profesor en la Universidad de Málaga. «Un monte llega a absorber el 60% de las precipitaciones, pero el alcantarillado sólo traga el 10% como mucho. El resto del agua correrá hacia abajo por los arroyos de la zona oriental», advierte el experto.
Un olvido millonario
Ninguna administración ha promovido la reforestación en las partes más altas de los arroyos de este área para frenar las riadas. Ruiz Sinoga agrega: «El Ayuntamiento propone justo lo contrario, construir casas».
El Plan de 1995 costó unos 600.000 euros (en aquel entonces, 100 millones de pesetas) que pagaron los ciudadanos «y para mí es frustrante que no se haya aplicado», apunta Ruiz Sinoga. Por otra parte, Francisco Puche, miembro de Ecologistas en Acción, recuerda que en Málaga las repoblaciones deben hacerse con encinas, especie más adaptada al clima que el árbol más usado, el pino.
Habrá riesgo de riada «seguro»
El PGOU prevé urbanizar una extensión similar a 250 campos de fútbol en la cuenca del arroyo de Carnicero –al norte de El Limonar–. Allí, las montañas recogen las aguas que alimentan al arroyo de La Caleta. El pasado 7 de noviembre, este torrente se llenó y arrastró 25 coches aparcados en su cauce. Sólo cayeron 97 litros/m2 de lluvia en la capital. ¿Qué hubiera pasado si se hubiesen registrado en Málaga los 157 litros que cayeron ese día en Mijas? ¿Y si volviera a llover como en las inundaciones de 1989? Con el norte de la ronda urbanizado, «se montaría el pollo: el riesgo de inundación sería seguro», contesta Ruiz Sinoga.
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