«No descansaré hasta que se caigan las torres KIO»

Mouhannah Almallah Dabas contó dos veces su intención de atentar. Dos testigos coincidieron en la relación del imputado con ‘El Tunecino’.
Almallah Dabas escuchó la declaración de los testigos. (Reuters).
Almallah Dabas escuchó la declaración de los testigos. (Reuters).
Almallah Dabas escuchó la declaración de los testigos. (Reuters).
Mouhannah Almallah Dabas, acusado de captar jóvenes radicales islamistas en España, tenía intención de atentar contra las madrileñas Torres KIO.  Así lo aseguraron ayer su ex mujer y su ex cuñado, que por orden del juez no pudieron escuchar la declaración del otro ni verse antes en ninguna estancia del pabellón de la Audiencia Nacional. «No voy a descansar hasta que se caigan esas torres», declaró el testigo que le dijo su ex cuñado en una ocasión cuando circulaban en coche junto a los edificios.El testigo aseguró que Dabas le pidió en varias ocasiones que le acompañara a un local de la calle Virgen del Coro donde solían encontrarse El Tunecino, el hermano de Mouhannah –extraditado el pasado jueves por el Reino Unido– y Mustaphá Maimouni –encarcelado en Marruecos por los atentados de Casablanca–. En esos encuentros se hablaba de la yihad  (guerra santa) y se veían vídeos de campos de Afganistán.

Virgen del Coro

La ex mujer de Dabas, de quien se separó por malos tratos un año antes de los atentados,  contó en el juicio que en el local de Virgen del Coro, donde vivió tres meses, siempre había libros de Bin Laden y de la yihad. Declaró que vio a su ex marido en varias ocasiones acompañado por El Tunecino, presunto autor intelectual de los atentados. El matrimonio de la pareja nunca fue válido debido a que él se presentó en la boda con un nombre falso. La testigo aseguró que él quería tener muchos hijos para hacer la yihad, aunque también contó que por culpa de una paliza suya tuvo un aborto. «Qué bien, esto es un golpe para una mujer como el golpe que recibieron los americanos el 11-S», aseguró que le dijo él.

«Éste no es un juicio religioso»

«¿Qué significa para usted yihad? ¿Es usted chiíta o sunita? ¿Qué es para usted Hezbolá?». Son las preguntas del abogado de Rachid Aglif, acusado de relación con organización terrorista y tráfico de explosivos, que provocaron la intervención del juez Gómez Bermúdez: «Se puede ser cristiano y no tener ni idea del catecismo. Aquí no se juzgan las creencias religiosas. Aquí, que quede claro, no se juzga ninguna religión, sino una postura aconfesional o como quiera llamarla, una postura extrema», explicó el magistrado.

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