A Aaron Paul le gusta pisar la línea de la ley, al menos en la ficción. El actor estadounidense saltó a la fama gracias a la serie Breaking Bad y su papel como Jesse Pinkman, un joven que decide fabricar y vender metanfetamina junto a su exprofesor de química. Ahora, Paul vuelve a saltarse las normas como Tobey Marshall en Need For Speed, donde interpreta a un mecánico y experto conductor aficionado a las carreras ilegales.

"Definitivamente me gustan los personajes que rozan un poquito la maldad, chicos malos, tipos que afrontan las situaciones de una forma muy diferente al típico héroe bueno", comenta el actor, quien sin embargo señala que sí hay importantes diferencias entre unos personajes y otros. "He hecho papeles muy diferentes, de tío bobalicón, de drogadicto flaco... Esta es la primera vez que hago un papel protagonista de este tipo, de tío duro y triunfador", asegura a 20 Minutos durante un encuentro con la prensa en Londres.

Pero, ¿cómo se da el salto de una serie de culto a un filme palomitero basado en un videojuego como Need For Speed? "Durante la quinta y la sexta temporada hice algunos pequeños proyectos, porque creía en ellos. Después di el salto al sistema de estudios de Hollywood y recibí algunos proyectos, pero ninguno me acababa de convencer hasta que recibí este. Me sorprendió la historia, me encantaron sus personajes y, cuando el director me dijo que no tenía intención de utilizar CGI (imágenes generadas por ordenador) ni green screen (croma) me pareció muy valiente y excitante y acepté el proyecto", relata el actor.

"Además, soy un gran fan de Steve McQueen. Mi padre me enseñó Bullit cuando era un niño, y el género de esta película me permitía acercarme un poco más a mi ídolo", añade.

En plena era del cine plagado de efectos digitales, es extraño encontrarse con una película que recurre a los viejos sistemas, algo que ha conllevado un esfuerzo extra para los actores. "El director, Scott Waugh, quería que la audiencia percibiese que éramos personas reales conduciendo coches reales, así que todo se ha rodado con una cámara al estilo tradicional. Es decir, que me tocó practicar muchísimo. Hice un curso intensivo de conducción. Eso sí, teníamos un equipo de especialistas muy bueno que fue fundamental durante el rodaje", explica Aaron Paul.

En películas de este tipo, suele ser un experto el que conduce mientras el actor interpreta dentro del coche. "El 80% de mi trabajo en este filme fue detrás de un volante. Gran parte era yo y gran parte un especialista haciendo que pareciese que yo estaba haciendo lo que no estaba haciendo. Pero lo cierto es que no cuesta mucho meterse en situación. Todo es real, tú estás en el coche y sientes que lo estás conduciendo. Yo de verdad pensaba que era real. Te olvidas de que hay alguien encima del coche controlándolo todo. Sólo te acuerdas de eso cuando pisas el freno y ves que no funciona", asegura.

Aaron Paul confiesa que ha sido un trabajo con el que ha disfrutado mucho, ya que le encantan los coches y la velocidad, y no duda en mojarse al hablar del tópico de que las mujeres son malas conductoras. "Eso no es verdad, no lo creo en absoluto y puedo contar algo personal al respecto. Nunca he tenido un accidente estando yo al volante. Sí tuve uno cuando conducía la mujer de uno de mis mejores amigos. Dimos casi cuatro vueltas de campana y yo ni siquiera llevaba el cinturón de seguridad, ya que acababa de entrar en el coche. Fue horrible. Pero eso no ha cambiado mi forma de pensar sobre la forma de conducir de las mujeres. Mi esposa, por ejemplo, es una conductora excelente", sentencia.

A pesar de haber trabajado en multitud de películas y series de televisión, ha sido Breaking Bad la ficción que ha marcado de forma más contundente la carrera de Aaron Paul, la que lo ha lanzado a una fama que, según indica, lleva bastante bien. "Fue un proceso lento. Al principio de la serie teníamos poca audiencia, muy pasional pero no muy numerosa. Ya íbamos por la cuarta temporada cuando todo comenzó a ser una locura, pero tuve tiempo para acostumbrarme", cuenta el actor.

Sin embargo, este éxito estuvo a punto de escapársele de las manos, ya que hubo dudas sobre si sería o no el candidato idóneo para el papel de Jesse Pinkman. "Lo que pasó en realidad es que la AMC y Sony pensaban que yo tenía un aspecto demasiado pulcro para hacer un papel de drogadicto, pero Vince Gilligan, el creador de Breaking Bad, estaba en completo desacuerdo con eso, así que me defendió desde el primer día. Gilligan insistía en que fuese yo y Sony acabó aceptando, ya que no querían discutir", aclara.

Incluso habiendo sido aceptado para el papel, no parecía que el trabajo le fuese a durar mucho, ya que estaba previsto que su personaje muriese al final de la primera temporada. Sin embargo, tras ver la química existente entre los dos protagonistas, el creador de la serie cambió de opinión y prefirió dejarlo vivo.

Ahora, cuando su rostro ya es conocido en medio mundo, Paul se prepara para afrontar nuevos retos. Entre manos ya tiene un par de importantes proyectos, Exodus y Triple Nine. "Exodus es la próxima gran película de Ridley Scott, quien por cierto es muy fan de Breaking Bad. Es una aventura épica. Christian Bale interpreta a Moisés y yo interpreto a Josué. Tenemos un reparto fantástico y una historia preciosa, la de la liberación del pueblo hebreo", cuenta el actor. "El rodaje fue increíble, en Almería, uno de mis lugares favoritos de todo el planeta. Bueno, me encanta toda España", añade.

"Por otro lado, Triple Nine es una historia sobre unos policías corruptos que planean realizar un gran robo", concluye Paul, quien además ejercerá como productor en Hellion, será uno de los narradores del documental Unity y, tal y como se ha confirmado recientemente, formará parte del reparto del spin-off precuela de Breaking Bad.

Los personajes más exitosos de Aaron Paul tienen algo en común, ninguno de ellos es un mal tipo pero todos tienen un lado oscuro bastante significativo.

Jesse Pinkman (Breaking Bad, de 2008 a 2013)

Este joven nacido en una familia de clase media alta en Albuquerque, Nuevo Mexico, no tardó en ser expulsado de casa de sus padres debido a su adicción a las drogas y su conflictivo estilo de vida. A causa de su falta de atención y actitud apática, Jesse era un mal estudiante. Sin embargo, acaba convirtiéndose en la mano derecha de su profesor de química, Walter White, cuando ambos deciden hacer dinero mediante la producción y el comercio de drogas.

Aaron Paul ganó el premio Primetime Emmy como mejor actor de reparto en una serie dramática en 2010 y 2012.

Charlie Hannah (Smashed, 2012)

Charlie y Kate forman un joven matrimonio prisionero de un gran problema, una desmedida afición por la bebida. Cuando Kate decide dejar el alcohol y reconducir su vida, comienzan los conflictos entre ambos. Charlie es un buen hombre y quiere a su esposa, pero sigue atrapado por el alcohol y no comprende el nuevo camino elegido por ella.

La película se estrenó en el Festival de Cine de Sundance 2012, donde fue reconocida con el premio especial del jurado.

Tobey Marshall (Need For Speed, 2014)

Tobey es un piloto de carreras clandestinas que posee su propio garaje para modificar los coches y hacerlos más rápidos. Tras un enfrentamiento con su archienemigo, Dino Brewster, el joven mecánico es acusado de un crimen que no ha cometido y acaba en la cárcel. Dos años después, Tobey sale de prisión con ansias de velocidad y venganza.

La película está basada en la franquicia de videojuegos homónima, de Electronic Arts.