El uso de timos clásicos repunta en Zaragoza con grupos organizados que centran su punto de mira principalmente en las personas mayores y que cada vez son más habituales. Lo alerta la Policía Nacional, que ha detectado en la capital aragonesa la presencia de bandas que están recuperando timos hasta hace poco desaparecidos, como el tocomocho o el de la estampita.

El grupo de delincuencia económica de la Policía persigue desde hace días la presencia de varios grupos con tipologías diferentes. Por un lado, unos compuestos por españoles que buscan principalmente engañar a personas de edad avanzada, también españolas. Suelen ser clanes o familias que se dedican al timo de forma profesional y que tienen en la mayoría de los casos un carácter itinerante, según destacan responsables de la Policía Nacional. No viven en Zaragoza, sino que van saltando de ciudad en ciudad.

La Policía ha detectado otro tipo de grupos, formados por extranjeros, fundamentalmente cubanos y mejicanos, que centran su actividad sobre todo en sudafricanos y rumanos. La forma de actuar de ambos es muy similar y suele incluir la presencia de al menos tres timadores: el que se hace pasar por tonto o despistado, el gancho y el ojeador, que vigila que no haya policía.

En el caso del tocomocho, uno de los timadores asegura tener un billete ganador de la lotería y pide la colaboración de la víctima para cobrarlo, poniendo él el dinero de su bolsillo. Ahí es donde aparece el gancho, que trata de convencer a la víctima para compartir beneficios y al final le da el cambiazo para robarle el dinero. El timo de la estampita es parecido, pero el timador se hace pasar por tonto asegurando que no sabe para qué sirven unos supuestos boletos premiados.

En Zaragoza, las estafas se incrementaron en 2012 un 12%, según la Fiscalía, que asegura que el año pasado la tendencia fue también de aumento. Los tribunales registran una media de 215 al mes. Además del tocomocho también se han detectado, entre otros, el timo del abrazo, falsos revisores que cobran por mirar contadores, supuestos sordomudos que piden para alguna ONG...