Posee una sonrisa de excelencia odontológica: un paisaje dental blanco y exacto,  y una mandíbula de hoyuelos azucarados. Más allá de ese gesto, de la delgadez elegante y de su poder para influir en los armarios de las mujeres europeas... el misterio. Así perfila la periodista británica Marcia Moody a Catalina de Cambridge en Kate. La biografía, una obra que trata de desentrañar el enigma que se oculta tras la prudencia y el talante modélico de la esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra.

En términos generales, el libro presenta muchas virtudes y poca oscuridad en el curriculum de la que un día puede llegar a ser reina de Inglaterra. Una figura a quien Moody atribuye el mérito de haber contribuido a que la monarquía de su país supere una de sus peores crisis de popularidad.

La biógrafa recorre diversos episodios de la trayectoria de Middleton: desde la etapa en la que vivió en Jordania cuando sus padres fueron destinados allí por trabajo, a su paso por colegios caros y elitistas, sus excelentes resultados académicos y un caso de acoso escolar: "Algo en ella desagradó a algunas chicas del centro Downe House", explica, antes de recordar que Kate donó parte de sus regalos de boda a una organización que lucha contra el bullying, tal vez en recuerdo de aquella experiencia.

Pero hay más detalles en la biografía de la joven que la opinión pública, probablemente, desconoce. Estos son algunos de los puntos que revela la obra:

1) Los antepasados por vía materna de Kate, los Harrison, trabajaron como mineros para la familia de la Reina Madre. Además, con unas condiciones laborales durísimas: jornadas de 18 horas y con solo un día de descanso a la semana.

2) En su historial amoroso figuran varios romances: entre ellos, una relación con un amigo, Willem Marx. Antes de conocer al príncipe, salió con un excompañero del colegio (Harry), y en St. Andrews fue novia de Rupert Finch, uno de los chicos más deseados del centro (ella, con su físico, también estaba catalogada como parte del grupo de las guapas).

3) El príncipe Guillermo pagó más de 200 euros por un asiento en primera fila del desfile benéfico en el que Middleton participó con un vestido transparente que dejaba adivinar un conjunto de ropa interior negro.

4) El noviazgo de Kate y Guillermo duró ocho años y superó dos breves rupturas, ambas decididas por el príncipe, que se mostraba dudoso ante el compromiso. Tras una de las separaciones, el primogénito del príncipe de Gales se subió en una mesa y bailó al grito de "soy libre". Ante la indecisión del novio, la prensa apodó a la duquesa de Cambridge 'Katie la que espera'. No es el único sobrenombre que los medios han dedicado a la joven: una revista llegó a bautizar a Kate y a su hermana, Pippa, 'las hermanas glicinia' porque eran "altamente decorativas, olían muy bien y tenían la increíble capacidad de trepar" como la planta glicinia.

5) Catalina ha logrado romper algunas de las rígidas tradiciones de la familia real al pasar las últimas navidades con sus padres. También se fue a su casa paterna tras dar a luz a su primer hijo, el príncipe Jorge Alejandro Luis. Y eso que en su habitual residencia, el palacio de Kesington, hay espacio para todo: posee veinte habitaciones y una sala de eventos con cabida para cien personas. Además, su jardín es uno de los más bonitos de Londres.