El acusado de abusar de una joven en una calle de Jaén lo niega todo y ella ratifica su versión

La Fiscalía considera "probados" los hechos y pide siete años para el procesado, para el que su defensa solicita la libre absolución

El hombre, identificado como A.L.M., al que el Ministerio Fiscal acusa de haber abusado sexualmente de una mujer en la calle Arrastradero de Jaén en la madrugada del 26 de marzo del pasado año 2013 ha negado este lunes los hechos en el transcurso de su declaración, realizada en el juicio que se ha celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial jiennense por este suceso, en el que, por su parte, la supuesta víctima se ha reafirmado en su versión de lo ocurrido.

Así, el procesado ha tildado de "falso" el relato de los hechos del Ministerio Fiscal, que sostiene que éste, "con ánimo lúbrico" y aprovechando que en ese momento la citada calle se encontraba vacía y sólo transitaba por ella la joven identificada como S.F.M., que en ese momento tenía 19 años de edad, se acercó a ésta "por la espalda", hasta terminar por "ponerse delante de ella, cortándole el paso", para después supuestamente tirarla al suelo, donde, mientras la intimidaba con una navaja de "unos diez centímetros" presuntamente se llevó unos diez minutos dándole besos y haciendo "movimientos obscenos" sobre ella.

El acusado ha insistido en que "todo es falso" y ha afirmado que "no conoce" a la denunciante "ni sabe quién es". Además, ha defendido que ese día, a la hora en la que supuestamente ocurrieron los hechos, se encontraba en su casa con un hombre al que conoce como su "tío", aunque realmente no guarda ese grado de parentesco con él, pero que estaba "empadronado" en su domicilio y que ya ha fallecido.

Asimismo, el encartado ha asegurado que vive en el Polígono El Valle de Jaén y "no conoce" dónde está la calle Arrastradero, ni suele frecuentar el entorno de la plaza de toros y la Salobreja, que es donde se enmarca dicha vía, al tiempo que ha aseverado que a las 2,00 horas de la madrugada suele estar "en su casa, durmiendo, como todo el mundo".

Por su parte, la supuesta víctima se ha reafirmado en su versión de los hechos, ya que, según ha relatado en su declaración ante el tribunal, el acusado, en la madrugada del 26 de marzo del pasado año, "la siguió andando por detrás" en la calle Arrastradero, por la que en ese momento "no pasaba nadie", y aunque ella "aceleró" su caminar, él logró situarse delante de ella "y le cortó el paso", portando una "navaja" en la mano.

En un momento dado, él "le dio un empujón" y la "tiró al suelo, se abalanzó sobre ella" y le empezó a "dar besos por el cuello", así como a realizar "movimientos obscenos". Ella "forcejeó un rato", pero "no tenía fuerza para quitarle la navaja", que, según ha indicado, él se la colocó "a la altura del costado".

Después de que "se oyera una persiana" y el acusado supuestamente la dejara, ella entró en su domicilio, donde le contó a su hermano, con el que convive, lo sucedido, tras lo cual fue éste quien llamó a la Policía para denunciar los hechos.

Ya en comisaría, y después de que le enseñaran "muchos archivadores de fotografías", ella acabó por reconocer al procesado como supuesto autor de la agresión, algo que ha reafirmado en el juicio, al ser preguntado por la Fiscalía y delante del encartado.

Sin "lesiones físicas"

La denunciante ha justificado no haber acudido a ningún centro de salud tras lo ocurrido porque "no le pasó nada físico" y no tenía "lesiones aparentes". Además, ha agregado que el acusado, al que "no había visto antes" de aquella madrugada, "olía muy mal, a droga", y que, mientras él estaba supuestamente encima de ella, no gritó porque "no le salía la voz, estaba muy nerviosa".

El hermano de la supuesta víctima también ha declarado en el juicio y ha sostenido que cuando ella llegó al domicilio le contó "llorando" que "la habían intentado violar", tras lo cual él llamó a la Policía para denunciar ese hecho, lo que motivó que "varias dotaciones" policiales se personaran en su casa.

También ha justificado el que no fueran a un centro de salud para que a su hermana le hicieran un reconocimiento médico indicando que a ésta "sólo le apetecía en ese momento regresar a su casa e intentar descansar un rato".

Conclusiones de las partes

El juicio ha quedado ya visto para sentencia después de que tanto la Fiscalía como la defensa del encartado hayan elevado a definitivas sus conclusiones. De esta manera, el Ministerio Público se ha reafirmado en su decisión de solicitar una pena de siete años de cárcel para el acusado al considerar "probado" que cometió un delito de agresión sexual, por el que también interesa que se le prohíba acercarse a la víctima a una distancia no inferior a 200 metros y comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento durante un periodo de tiempo de ocho años, así como que se le imponga el pago de una indemnización de 3.000 euros a la joven en concepto de "daños morales".

En su informe final, la fiscal ha incidido en la "violencia" que, a su juicio, empleó el acusado con la víctima mediante la "navaja de diez centímetros de hoja" que presuntamente portaba, un arma, según ha añadido, "susceptible de provocar lesiones o incluso la muerte", aunque en ese caso concreto S.M.F. no sufriera heridas físicas.

La Fiscalía se apoya en su petición de condena para el acusado en la "persistencia" del testimonio de la denunciante y en el testimonio del hermano de ésta como "prueba" que ratifica su versión de los hechos, así como en la ausencia de "móviles espurios" tras su denuncia.

Por el contrario, la defensa del encartado —que fue condenado en noviembre de 2010 por un delito de maltrato habitual a un año y nueve meses de cárcel, y por otros tres de maltrato familiar a 57 días de trabajos en beneficio de la comunidad por cada uno de ellos— ha solicitado la libre absolución para su cliente, al entender que "no ha quedado demostrado que sucedieran los hechos".

Para el letrado de la defensa, "no es creíble" que en los aproximadamente diez minutos en los que se prolongó la presunta agresión sexual "una persona con una navaja no le provocara daños a otra a la que tiene en el suelo", así como que la víctima no acudiera a un centro de salud.

En ese sentido, ha remarcado que la denunciante no presentaba "lesiones ni moratones, nada", de forma que, en su opinión, lo que hace ésta es "repetir un testimonio que se ha aprendido de memoria". De igual modo, ha negado el carácter de prueba de la declaración del hermano, que "más subjetiva no puede ser".

Así las cosas, y dado que entiende que la declaración de la víctima "no es suficiente" para desvirtuar la presunción de inocencia del encartado, ha solicitado al tribunal su libre absolución invocando el principio de 'in dubio pro reo'.

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