Lo que sí tuvo aceptación fue la marcha ciclista, que convocó a 93 personas, y que recorrió el centro, aunque el 112 no registró incidencias.

Por la mañana la cosa no fue grave. Los mercadillos de La Fama, Santa María de Gracia y Barriomar no causaron problemas y el corte en San Andrés por la visita del Rey no provocó grandes atascos.

Sobre las 19 h, cuando la Virgen llegó a la ciudad y se cortó la Gran Vía, se produjo alguna retención. En Ronda de Levante, el tráfico fue denso de 19 a 21 h.

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Los funcionarios reciben al Rey

Una docena de republicanos también aprovechó su visita para protestar. El Rey Juan Carlos inauguró ayer la exposición Salzillo, testigo de un siglo y la calificó de «soberbia y magnífica». Pero ayer no todo fueron buenas palabras, ya que unos 12 jóvenes, que enarbolaban banderas republicanas, quisieron protestar por la visita real con cánticos como «Juan Carlos I, de Franco es heredero».

Junto a ellos, medio centenar de funcionarios también se quejaron por su convenio colectivo.

Ataviados con gorras y camisetas amarillas, y sosteniendo carteles con el lema Por un convenio digno, dedicaron sonoras pitadas al alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, y al presidente de la Comunidad Autónoma a su llegada al Museo Salzillo. A este último le cantaron «¡Valcárcel, a la cárcel!».

Pero fueron más los murcianos que aplaudieron al Rey, que a la salida se acercó a saludarlos. Además, firmó en el libro de honor de la Cofradía de N. P. Jesús y protagonizó la anécdota simpática del día:  alguien encontró un billete de 50 euros en la puerta del Museo y entre el Rey y el resto de invitados decidieron que el director general de Cajamurcia, Carlos Egea, lo guardara. Luego lo echó en un cepillo. E. C. C.