El agente de la Policía Nacional, identificado con el número 18.403, ha iniciado el turno de comparecencia de los más de 650 testigos previstos durante el macroproceso por los atentados del 11-M.

El agente 18.403 estaba destinado en la Comisaría Central de Información, más en concreto en la Unidad Central de Información Exterior, donde se investiga todo lo relacionado con el terrorismo islamista.

Confusión en las primeras horas, todas las líneas abiertas

El agente 18.403 ha asegurado que en las primeras horas la posibilidad de que hubiera sido ETA se barajó ya que "en el ámbito nuestro, estábamos pensado que era algo muy parecido a lo que se intento [por parte de ETA] con la Caravana de la muerte".

El testigo ha asegurado que la línea sobre la autoría islamista comenzó a tomar peso cuando se encontró una furgoneta - la Renault Kangoo - en las proximidades de la estación de trenes de Alcalá.

"Desde que vimos que la cinta que se encontró en la furgoneta era de contenido islámico, pero era una oración para el mes de Ramadán, que no marcaba ningún radicalismo", ha matizado el testigo.

Con el envío del comunicado al periódico árabe Al Qods al Arabi, "es una primera toma de contacto de que estábamos hablando de terrorismo islamista", ha asegurado el testigo.

Las primeras detenciones

Con el hallazgo de la mochila que no estalló en la estación de El Pozo, el testigo ha relatado como obtuvieron datos del teléfono móvil y la tarjeta que permtieron la detención de dos ciudadanos indios, así como la de los dueños del locutorio situado en la calle Tribulete, entre ellos el hoy procesado Jamal Zougam.

Todas las líneas de investigación abiertas conducían a 'El Tunecino' llamado Serham, relacionado con la célula desarticulada de Abu Dahdah, Mustafá Maimouni - condenado en Marruecos por los atentados de Casblanca - y relacionado con Rabei Osmán, procesado por los atentados del 11-M como supuesto cerebro de los atentados.

Amenazas anteriores al 11-M

El agente 18.403 ha asegurado que había serias amenazas anteriores a los atentados del 11-M, por la presencia de las tropas españolas en Irak.

El agente de la policía ha leído uno de esas amenazas lanzadas por un grupo vinculado a Al Qaeda: "el Gobierno español no soportaría más de dos o tres golpes, como máximo, antes de verse obligado a retirarse por la presión popular. Si sus tropas permanecieran tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estaría prácticamente garantizada, y la retirada de las tropas españolas estaría en la lista de su proyecto electoral".

Tras varias alusiones directas del líder de Al Qaeda Osama Bin Laden, asi como del asesinato primero de un oficial de inteligencia y luego de ocho agentes del CNI en Irak, el testigo ha asegurado que avisaron de la situación.

"El nivel de alarma era bastante crítico", ha asegurado el agente 18.403. "¿Pero avisaron de esto?" ha preguntado la fiscal Olga Sánchez. "Si, avisamos a la superioridad, pero de ahí no sabemos hasta donde llegó".