Sostenes tránsfugos, cremalleras trampa y faldas retozonas que aguardan el mínimo cruce de piernas para gatear más allá de las ingles, rumbo al esternón. La televisión está repleta de descuidos, trocitos de carne fresca que asoman sin previo aviso provocando el alboroto entre los televidentes... y el enfado de sus protagonistas.

La última en sufrir un desliz ha sido Adriana Abenia, ganadora de la quinta gala del concurso de TVE Mira quien baila. Tras realizar complicadas piruetas al ritmo del tema Quédate conmigo de Pastora Soler, la modelo y presentadora posó triunfal con un ramo de flores, una gran sonrisa... y un enigma rosa allá donde debía estar su ropa interior. Tal vez, un simple efecto fotográfico, el desorden de la lencería o la mala suerte.

Internet registra y cataloga cada una de estas apariciones. Por allí se puede encontrar aún el pezón furtivo que escapó del vestido de la pretendienta de tronistas Oriana, seguramente atraído por la vocinglería del plató; y el de Paz Vega, envalentonado por los aplausos que recibía su dueña cuando se disponía a recoger un Goya. O el ochentero de aquella italiana, Sabrina, que hipnotizó con su vaivén a toda una generación.

Otras ya pasaron por ese trago. La ropa interior de Carmen Alcayde —o la ausencia de ella—, el escote traicionero de Anna Simon, el pecho de Terelu Campos mientras bailaba en Mira quién baila o el topless inesperado de Tania Llasera (propiciado por su compañero de programa Kiko Hernández) han sido los más celebrados por los internautas, que agradecen cualquier milímetro de piel que se gane al recato... por muy pixelado que esté.