Esta es una enfermedad de la piel producida por ácaros microscópicos, que afecta principalmente a perros jóvenes. A veces, puede ser transmitida por la madre.
En los animales, la sarna se manifiesta por una pérdida de pelo, una fuerte picazón y una piel roja y costrosa.
Normalmente, la pérdida de pelo comienza alrededor del hocico, ojos y en otras áreas de la cabeza. Si esta enfermedad contagiosa no se detecta enseguida, la cura es mucho más difícil.
Por fortuna, los veterinarios de la perrera municipal ya están curando los dos cachorros. El tratamiento está dando "buenos" resultados, dicen.
Con una pista facilitada por el lector Ramon Gausachs.
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