La reforma de la ley del aborto que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy ha acaparado la escena política y social en España e incluso ha llegado a las calles de diferentes capitales en Europa.

A Madrid llegó este sábado el denominado 'tren de la libertad' con centenares de mujeres provenientes de Gijón para entregar en el registro del Congreso de los Diputados un manifiesto en el que piden que no se cambie la ley actual. En Madrid fueron recibidas por decenas de miles de personas, que partieron en un ambiente festivo y reivindicativo desde la estación de Atocha hasta la plaza de Neptuno con cánticos que pedían la dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

Esta multitudinaria protesta contra la reforma de Gallardón se propagó además por numerosas ciudades europeas, entre ellas París, Londres, Roma o Estambul. La marcha de París, más multitudinaria que las de Nantes, Marsella o Burdeos, reunió a 30.000 personas, según los organizadores y a 3.000, según la policía, en lo que quería ser una réplica de la protesta organizada en Madrid.

En el ámbito político, el aborto era precisamente uno de los temas que no estaban en la agenda de la segunda jornada de la Convención nacional del PP en Valladolid, pero que ya desde por la mañana entró a formar parte del discurso de políticos como Alicia Sánchez-Camacho o ministros como el de Interior y el impulsor de la reforma, Gallardón.

Sánchez-Camacho fue la primera en mencionar este tema, justificando que su partido no habla de él en la Convención porque "no es el eje". No obstante, la líder del PP catalán aseguró que la intención del partido es tener en cuenta "la voluntad, las opiniones y los consensos de todos" y por eso la reforma del aborto "se va a debatir en el Gobierno, con las comunidades autónomas y en el partido".

También Fernández-Díaz se ha referido al polémico anteproyecto al recordar que el Gobierno ya ha fijado su posición sobre la reforma al haberla aprobado "en coherencia" con su compromiso electoral y con la doctrina del Tribunal Constitucional (TC).

Sin embargo, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, uno de los barones 'populares' más críticos con el proyecto de Gallardón, optó en esta ocasión por mantener el silencio y no opinar ante el resto de dirigentes de su partido en Valladolid. "Tengo otro orden del día, hablar de lo que nos une, la fortaleza de la Marca España", justificó.

Sin embargo, la Convención se guardaba lo mejor para el final de uno de los foros de debate: la intervención de Gallardón. El titular de Justicia respondió a las preguntas del moderador del debate sobre las protestas e iniciativas como la del 'tren de la libertad' con contundencia: "Tenéis mi palabra y mi compromiso personal de que no habrá ni un insulto ni un grito ni una descalificación que a este ministro le vaya hacer abdicar de cumplir el compromiso que adquirí con el presidente del Gobierno y con todos vosotros de dar cumplimiento a nuestro programa electoral y regular los derechos de las mujeres, pero también los derechos de los concebidos y no nacidos", aseguró.

"Esa regulación de ese derecho fundamental que es la vida, así como el derecho de la mujer embarazada la vamos hacer nosotros, la vamos a hacer los compañeros del PP, la vamos hacer entre nosotros, estudiando como hemos hecho y acordando, como siempre se hacen las cosas en este partido, todo aquello que nosotros proponemos a la sociedad", subrayó Gallardón.

Por último, criticó a quienes desde la izquierda les ponen etiquetas a los miembros del PP y a los ministros, tras lo que se ha preguntado: "¿Quiénes son ellos para etiquetarnos a nosotros?", cuando quienes les tienen que juzgar —ha añadido— son los ciudadanos.