"Resucitaría a Jesús, porque de esta solo nos salva un milagro"

¿A qué personaje histórico traerías de vuelta al presente?
¿A qué personaje histórico traerías de vuelta al presente?
CARLOS PAN
¿A qué personaje histórico traerías de vuelta al presente?

Regresa el Gobierno de los 30 tiranos. No es un golpe de Estado, es una nueva forma de hacer política: una coalición formada por Franco, Vlad Tepes y Fofó. Nunca se pondrán de acuerdo. Un delirio histórico. No se asusten. Una organización como la de los políticos actuales pero con trajes de época. Hombres barbudos lucirán leotardos en las Cortes y declamarán frases ininteligibles. ¿Novedad? Cristóbal Colón se encargará de Infraestructuras. Leonardo Da Vinci de Educación. Michael Jackson presidirá la Conferencia Episcopal. Y Gandhi será exiliado, ¡por bajito! ¡Un mundo de emprendedores!

¿Qué personaje histórico devolverías a los tiempos modernos? Los lectores apuestan por la puerta giratoria de los personajes ilustres. Juana de Arco, la Monja Alférez o Rockefeller. Al verlos, los políticos huyen. Pero, diablos, esta acaba siendo la afirmación más inverosímil de este texto. Nunca se marcharían, ni bajo el ultimátum de una horda de hunos, como propone algún lector. “Pues yo lo tengo muy claro”, dice Manuel Montalegre, “la espada de Don Pelayo, el pundonor de Doña Isabel y el coraje de Agustina que acaben con politicuchos anquilosados y corruptos y los banqueros usureros”. Empieza la cosa calentita. Honor de caballería. ¡Dios lo quiere! “A Miguelón, de Atapuerca”, dice Adrenalino. ¡Un neandertal como jefe de Estado! No. Todo el día detrás de mujeres, cazando ciervos y elefantes salvajes. Imposible. Eso no podría ocurrir en Europa.

“Traería a Severo Ochoa y a otros científicos, y también algún músico”, dice Meluca. Empieza la ilustración. “A Albert Einstein. Un cerebro como el suyo, con la tecnología que hay ahora, supondría un gran avance. Marte nos quedaría demasiado cerca”, dice CipoX. Y soñamos entonces con unas vacaciones en Plutón, hipotecándonos para el viaje interestelar. El sueño plutoniano o New Deal galáctico. ¿Hay mucho que edificar allí?, pregunta un constructor, pensando en cuánto se puede incrementar el precio inicial de una obra pública contratada a años luz.

“Al gran Mozart, a Beethoven, a Nikola Tesla, a Miguel Ángel, a la Madre Teresa, a Juan Pablo II, a Luther King”, asegura Ana Lidia sin tener en cuenta la previsible lucha de egos. La Madre Teresa le tira de los pelos a Juan Pablo. Mozart llama sordo a Beethoven, y este ni se inmuta. Tesla electrocuta a Miguel Ángel (y este sí que se inmuta). Todos ignoran a Luther King. “A Chanquete, el hombre que más veces ha muerto”, añade Prado del rey. Fin de la ilustración y de los agujeros gusano.

¿Realidad o ficción?

“Traería a Eliot Ness y sus intocables, para que detengan la corrupción que se enseñorea por toda España a costa de nosotros, los sufridores”, dice FernandoW. Puede que en España el señor Ness acabara metiendo la mano. La línea divisoria entre el bien y el mal no parece tan clara entre jamones y langostinos. ¿Trabajaría para la Fiscalía Anticorrupción? La risa de Al Capone resuena desde la tumba. “Yo traería para España al Che Guevara”, dice El pianista. Todo el 15-M subiendo a Sierra Nevada. Miles de muertos de inanición tras una asamblea de varios meses sin llegar a una conclusión clara. Y el Che pirándose a Angola. Che, no tiene remedio.

“Jesús de Nazareth, porque de esta solo nos salva un milagro”, dice Chocosonrisas. Nos tememos un secuela de Sodoma y Gomorra. Los ricos en sus yates esperando el Diluvio. Algún listo escogiendo parejas de animales fértiles en el zoo. Algún listo fertilizando animales sin pareja... Es el caos.

“Yo traería a Blas de Lezo y Olavarrieta y lo convencería de que se presentase a las elecciones con un equipo de técnicos expertos en distintos campos y ni un solo político”, apuesta Chispano para devolver el orden constitucional. Algo parecido hicieron con Berlusconi y no parece que haya surtido efecto. Mejor, el diluvio universal. “Visto lo visto, me pido a Epi y Blas, seguro que peor no lo harán”, dice Esosso. Asentimos sin saber en qué momento murieron los pobres Epi y Blas (¿hubo una confabulación secreta en Barrio Sésamo?). Pero tenemos algo claro: peor no lo podrían hacer. Tan simpáticos y coloridos... ¡Epi y Blas for presidents!

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