Los pasajeros tienen que introducir todos estos recipientes en el interior de una bolsa de plástico cuyas dimensiones son 20 por 20 centímetros que facilita el propio aeropuerto.

La finalidad es agilizar la tarea de las Fuerzas de Seguridad que se encuentran en la puerta de embarque, además de potenciar las propias medidas de seguridad en el interior del avión.

En el aeropuerto, los productos que más se requisan son «botes de colonia, tubos de pasta de dientes, cremas de afeitar y botellas de agua», según explica un portavoz de Aeropuertos Españoles (Aena): «El material que se confisca en la puerta de embarque del aeropuerto pasa por un proceso de reciclaje, por ejemplo, en los envases de colonia, se separa el frasco de cristal del envoltorio, y este mismo proceso se aplica a todo tipo de materiales», explican fuentes del aeródromo. El líquido se tira.

Los agentes de la Guardia Civil son quienes supervisan y dan su consentimiento para que el material confiscado se recicle.

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Los recién nacidos y mayores se libran

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