La Audiencia Provincial de Madrid juzgó el jueves a una joven acusada de hacer llamadas desde un móvil de empresa a su novio y a sus padres, entre otros, por un valor de 1.330 euros.

Fue entre mayo de 2002 y julio de 2003. El fiscal pide que indemnice a la empresa con 1.800 euros de multa, además de devolver el importe de las llamadas.

El Fiscal considera probado que la empresa Soluciones Para el Medio Ambiente S. L. decidió cambiar sus teléfonos móviles del operador Movistar a Vodafone, sin que se cancelaran los números de la primera empresa.

Así, Debora María, una empleada, se apoderó de una tarjeta de Movistar y, tras manipularla, la desvió a un número de teléfono inexistente.

Con este procedimiento, la acusada consiguió restringir las llamadas entrantes, de tal modo que el móvil sólo podía realizar llamadas salientes.

La encausada negó los hechos imputados.

Mientras, una de las dueñas de la empresa declaró que descubrieron "llamadas al teléfono de su novio y de sus padres".