El cuerpo del joven Miguel González Cabaleiro, de 24 años, que apareció este miércoles en una zona cercana al aeropuerto de Vigo, no presentaba signos de violencia y, aunque estaba "bastante bien conservado", la Policía sospecha que falleció a los pocos días de irse de su casa.

Así lo ha trasladado este jueves a Europa Press la Policía Nacional, que ha explicado que el joven fallecido fue localizado sobre las 17.00 horas en las inmediaciones de Peinador, bajo el viaducto sobre el que transcurre la AP-9.

Tras su desaparición, la Policía abrió una investigación, por la que se realizaron entrevistas a familiares, amigos y testigos, con lo que se pudo trazar un mapa con las posibles ubicaciones donde podría encontrarse Miguel.

La Policía ha resaltado que hubo muchas llamadas de ciudadanos dando pistas, que fueron comprobadas una por una, hasta que se acotó la búsqueda a una docena de "puntos calientes".

Después de varias inspecciones, se redujeron los posibles lugares a cuatro y se solicitó la colaboración de agentes de la Policía Nacional de Madrid, que acudieron a la ciudad olívica con guías caninos —perros de rastreo—. De esta forma, el miércoles se localizó el cuerpo sin vida del joven vigués en una zona con rocas, salientes y bosque frondoso.

Según ha comunicado el cuerpo de seguridad, aunque estaban "bastante bien conservados", los restos llevaban varios días allí, por lo que sospechan que falleció a los pocos días de haber sido visto por última vez, el pasado 29 de noviembre. Asimismo, la Policía ha señalado que aparentemente no hay signos de muerte violenta, aunque habrá que esperar a los resultados del informe forense.

"pesar colectivo"

Por otra parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha transmitido este jueves a los familiares y allegados de Miguel su pésame y el del gobierno local, así como el "pesar colectivo" y la "conmoción" de toda la ciudad olívica.

El joven había sido visto por última vez el pasado viernes 29 de noviembre, cuando salió de su casa localizado en la calle Faisán, en el barrio vigués del Calvario, sobre las 16,00 horas, sin documentación, móvil ni abrigo.

Los padres del joven habían presentado una denuncia por su desaparición ese mismo día y habían pedido la colaboración ciudadana para encontrar a Miguel, "una persona indefensa", que estaba en tratamiento psiquiátrico.