El nuevo ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, tomó el martes posesión de su cargo en un acto en el que criticó al Partido Popular y al Consejo General del Poder Judicial, y expresó su apoyo a los jueces que "deben dar una respuesta justa a todos, incluidos los acusados de terrorismo".

Fernández Bermejo recibió de manos de su antecesor, Juan Fernando López Aguilar, la cartera de Justicia en presencia del ministro de Economía y vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes; el titular de Defensa, José Antonio Alonso, y el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, entre otras muchas personalidades del mundo de la justicia y la política.

El ministro resaltó la defensa del Estado de Derecho en "un momento delicado, fruto de la estrategia de quienes, sin haber aceptado la derrota en las urnas", se empeñan en trasladar a la Justicia lo que sólo pertenece al ámbito del debate político, y dijo que resulta indispensable "evitar que tales usos espurios se produzcan".

El nuevo ministro de Justicia dijo además que los jueces y magistrados necesitan con urgencia que el Consejo General del Poder Judicial recupere "la legitimidad de la que hoy carece", y sostuvo que no tiene voluntad de "intervenir en la bronca y responder al insulto".

Insistió en que sólo se consigue el "valor Justicia" si se garantiza la independencia de los jueces y que ésta necesita ser hoy protegida de "los embates de los poderes fácticos" que tienen una "gran capacidad de ejercer presión cada vez que perciben riesgo hacia los intereses propios".

Un jurista discutido por la oposición

Fernández Bermejo, nacido en Arenas de San Pedro (Ávila) el 10 de febrero de 1948, es licenciado en Derecho y comenzó a ejercer como fiscal en 1974 en Santa Cruz de Tenerife, para después pasar por Cáceres, Segovia y Madrid, donde fue fiscal jefe durante once años.

Miembro de la Unión Progresista de Fiscales (UPF), en la actualidad ocupaba el puesto de fiscal de sala jefe de la Fiscalía de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo.

Sus enfrentamientos con el Gobierno de José María Aznar y con el fiscal general Jesús Cardenal fueron una constante durante sus últimos años en la Fiscalía de Madrid, hasta el punto de que llevó a los tribunales al entonces ministro de Justicia, José María Michavila, que le acusó de haberse declarado "en rebeldía" por haber criticado la Ley que regulaba los llamados juicios rápidos.

Años antes, y a raíz de una investigación sobre la planta incineradora de Valdemingómez, mantuvo una polémica con el Ayuntamiento de Madrid y con la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino.Tras conocer su nombramiento, Ángel Acebes dijo que se trata de