Los grupos que salgan a la calle serán de unas 10 presas, que estén en tercer grado o a punto de disfrutar de una libertad condicional. Irán siempre acompañadas de funcionarios de la prisión y de monitores de la CAM.

El objetivo de las excursiones es que conozcan «valores como la gratitud y la amistad, además de poner a su alcance los recursos culturales de que disponen. La población reclusa también  es parte de la sociedad», asegura Romá.

Otros talleres que se pondrán en marcha tratan temas como la autoestima para que aprendan a conocerse a sí mismas y técnicas de relajación como la resiliencia, que es la capacidad de una persona para desarrollarse positivamente a pesar de tener un entorno o una experiencia dolorosa o cómo elaborar un currículo, dónde buscar un empleo...

Los psicólogos del centro valorarán en el futuro la posibilidad de que los hombres se sumen al proyecto.

Cursos más cortos aquí

Los cursos y las actividades que desarrolla la CAM en las prisiones tienen una duración de unos nueve meses, pero en el caso de la Región de Murcia serán algo más cortos. La razón, según Enrique Romá, que no especifica la duración, es que al estar masificada la cárcel de Sangonera (960 presos para 376 plazas), la movilidad de los reclusos es muy grande, pues «en cuanto es posible, la dirección del centro deriva presos a otras cárceles».