El teléfono de urgencias y emergencias 112 ha recibido desde el pasado viernes, día 15 de noviembre, y hasta este martes numerosas llamadas a causa de 140 incidentes que han tenido lugar por el mal tiempo, concretamente por el frente frío de nieve, viento y lluvia, concentrándose la mayoría de ellas en el Bajo Aragón y la zona de Gúdar y Maestrazgo, en la provincia de Teruel, y en el Pirineo oscense. El sábado, con 67 incidentes, fue el día que más se registraron.

El consejero de Política Territorial e Interior del Gobierno de Aragón, Antonio Suárez, ha dado a conocer estos datos durante la inauguración de la I Jornada sobre Emergencias, Catástrofes y Seguridad Pública, en la Sala Jerónimo Zurita del Edificio Pignatelli de Zaragoza.

Según ha precisado, entre los 67 incidentes del sábado, 61 han sido por presencia de nieve en la carretera, tres por desprendimientos en la calzada, dos por daños por lluvias y tormentas y uno por existencia de hielo en la calzada.

El domingo la situación mejoró, se emitió una alerta amarilla por nevadas y se registraron 28 incidentes —17 por desprendimientos en la calzada, nueve por nieve, uno por daños por vientos y uno por daños por lluvias y tormentas— y lunes hubo 16 —12 por desprendimientos en la calzada, tres por nieve en la carretera y uno por daños por vientos—.

Suárez ha indicado que los alcaldes y presidentes de las comarcas son quienes están en el territorio y por eso ha estimado conveniente que cuando se produce una emergencia "tenga la mayor y mejor información para poder actuar en las mejores condiciones".

A su entender, esta es una de las "claves", junto con la "coordinación" entre todas las Administraciones y los recursos operativos implicados en la atención de las urgencias y emergencias.

Funcionamiento razonable

Suárez ha estimado que, hasta ahora, el funcionamiento en este ámbito "ha sido razonablemente adecuado", aunque "todo es mejorable y se trata de estar perfeccionándonos todos para intentar tener todo en las mejores condiciones y poder llevar a los ciudadanos la ayuda en el momento que la necesitan".

Asimismo, ha recordado que los dos últimos años han sido "muy duros" meteorológicamente, con incendios, inundaciones, riadas, aludes y fuertes vientos, que han generado "distintos tipos de emergencias y situaciones de ayuda a las personas".

Según ha expuesto, en la jornada, a la que asisten unas cien personas, entre ellos representantes de todas las comarcas y de medio centenar de ayuntamientos aragoneses, se ha tratado sobre los planes territoriales y especiales de emergencias que pone en marcha el Ejecutivo cuando tiene lugar algún tipo de emergencia.

Además, se ha contado con la intervención de efectivos de la Guardia Civil, Gestión Forestal, Protección Civil y de la Unidad Militar de Emergencias, junto con psicólogos y trabajadores sociales que abordarán la atención de las víctimas.

También se ha puesto de manifiesto el papel de los medios de comunicación como cauce para transmitir la información que "emana" del Gobierno de Aragón como órgano director en caso de urgencias y emergencias.

Igualmente, va a haber una mesa redonda con alcaldes, presidentes de comarcas y responsables de diputaciones provinciales, así como de la Agencia Estatal de Meteorología y de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Respuesta inmediata

El presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), Carlos Boné, ha comentado que esta jornada van a permitir "poner en común experiencias y debatir sobre cuál es la mejor respuesta en una situación de emergencia pública", que "se producen de forma inesperada y súbita" por lo que hay que "estar preparados y entrenados para dar una respuesta inmediata y suficiente".

En este sentido, ha sostenido que "los primeros en llegar en los pequeños municipios son los alcaldes y los habitantes de la localidad" y, "dentro de ese caos que se produce cuando surge una emergencia" es conveniente que "haya alguien que pueda poner un poco de orden", algo a lo que va a contribuir esta jornada.

Carlos Boné también ha recordado los desbordamientos que tuvieron lugar en junio y agosto en la Ribagorza oscense y en Teruel —en Oliete y Hoz de la Vieja—, teniendo que lamentar, en este último caso, el fallecimiento de una persona.