Así las reclaman los vecinos, que ven como algo prioritario el arreglo de las redes de saneamiento y abastecimiento. Éstas fueron construidas por ellos mismos hace ya más de 40 años. Además, hacen especial hincapié en que se proceda a la separación de las aguas pluviales para evitar los problemas que afectan a otras zonas de la ciudad.

También se quejan de la falta de plazas de aparcamiento. El presidente de la asociación vecinal, Ventura Pérez, explica que «hace 20 años había un coche por cada casa, pero ahora hay tres». La humanización no está siendo hasta ahora el mejor remedio para subsanar los problemas de aparcamiento en Vigo y puede que estas acometidas le compliquen un poco más la vida a los vecinos del barrio.

Sin embargo, el Concello podría cubrirse las espaldas con el nuevo aparcamiento que piensa construirse allí y  cuya adjudicación se decidirá en los próximos meses.

Varios años sin podar

Pérez expresó su malestar por el estado de los árboles del barrio, pues, según él, «llevan cuatro años sin podar y algunos superan ya los edificios ».

Dentro del proyecto, el Concello podría optar por la eliminación de barreras arquitectónicas tras las demandas de los vecinos, sobre todo en las calles Marín, Bueu y Moaña, así como los accesos en las viviendas sindicales de la calle Cangas.

El centro cultural

Una de las reivindicaciones más antiguas de los vecinos es la construcción de un centro sociocultural donde poder realizar las reuniones de las distintas asociaciones, actividades lúdicas y talleres y obras de teatro. El proyecto se elaboró y se aprobó y está pendiente de adjudicación. Una vez dado este paso, las obras podrían empezar en el mes de abril.