¿Cómo debería ser una comisaría de la Policía Nacional en pleno siglo XXI?, ¿un edificio moderno, funcional, espacioso y adaptado a las nuevas tecnologías? Todo lo que al parecer no cumple la comisaría de la provincia de Cuenca (57.000 habitantes), según los sindicatos. La dependencia policial está ubicada desde hace muchos años en un viejo inmueble antigua sede de un diario. "Está obsoleto, tiene graves deficiencias y los agentes trabajan hacinados", explica el sindicato UFP, que ha elaborado un amplio informe con fotografías, que va a elevar a la comisión de seguridad y salud laboral de la Policía Nacional.

Sirva como ejemplo el elevador instalado en la puerta de acceso para que las personas con discapacidad puedan subir los seis escalones que permiten entrar a la comisaría. Este elevador lleva dos años roto, según el UFP, porque en el presupuesto no hay 10.000 euros para sustituirlo. "Cada vez que una persona discapacitada tiene que entrar, varios agentes tienen que coger la silla de ruedas y subirle". A pesar de que en la web de la Policía se sigue diciendo que esta comisaría sigue contando con "salvaescaleras". Eso sin contar con las obras del parking que se están llevando a cabo en la calle Astrana Marín, junto a la comisaría, obras que de momento han dejado en mal estado aceras y pavimento.

En la comisaría trabajan 115 agentes, cuando el catálogo de puestos de trabajo dice que debe haber 139. Otro sindicato, el CEP, ya denunció este verano que la plantilla se situaba "6 puntos por debajo de la media nacional de cobertura de plazas". Un déficit de funcionarios "preocupante" cuando algunos delitos han crecido. Han subido todos los tipos de robos y hurtos, excepto los de vehículos, y también el tráfico de drogas, concretamente un 36%.

El informe del sindicato UFP, elaborado por su departamento de prevención de riesgos laborales, explica también el mal estado de los cinco calabozos, donde las camas metálicas de los detenidos no están ancladas al suelo, lo que puede provocar que los inquilinos de las celdas las utilicen contra los agentes. También denuncia que la comisaría no tiene galería de tiro (la ley obliga a que los agentes practiquen cada tres meses), por lo que estas prácticas se realizan en el trailer de un camión de unos doce metros que se aparca en una explanada junto a la comisaría.

Además, varios pasillos, zonas de paso y de salida junto a los ascensores están bloqueados porque se utilizan como almacén de documentación y para poner las taquillas del vestuario femenino. "Las cuatro plantas de la comisaría no dan más de sí", señalan los sindicatos, que ven imprescindible la mudanza a un nuevo edificio. La dirección de la Policía Nacional tiene previsto el traslado de la comisaría y baraja dos opciones: un edificio cedido por la Junta de Castilla-La Mancha cerca de los juzgados o un edificio de nueva construcción. Este diario intentó ayer sin éxito hablar con algún portavoz de la Jefatura de Castilla-La Mancha.