Siete de los cuerpos descuartizados fueron encontrados dentro de un coche en una barriada de Río de Janeiro, en medio de un recrudecimiento de los hechos de violencia en esa ciudad brasileña, informaron las autoridades.

La Policía dijo que las siete víctimas eran jóvenes de entre 14 y 17 años que vivían en Vila do Joao, en el complejo de favelas de Maré.

Los jóvenes fueron abordados, torturados y asesinados por bandidos, cuando iban en una furgoneta a jugar un partido de fútbol, según las informaciones que facilitaron los familiares a la policía.

Los cadáveres se encontraron en un automóvil con matrícula de Brasilia, en frente de un puesto de atención médica.

Los otros seis muertos son los de un hombre cuyo cuerpo carbonizado fue hallado en una estructura utilizada por narcotraficantes para torturar, un hombre negro que fue quemado vivo, y cuatro jóvenes asesinados en la vía pública.

Aún se desconoce si hay conexión entre las muertes.

Continúa la violencia

En otro hecho de violencia, un supuesto narcotraficante murió a tiros y dos policías resultaron heridos leves en una favela de la zona norte de Río de Janeiro, donde se registraron diversos enfrentamientos, informaron las autoridades.

Según la policía, el supuesto narcotraficante portaba un arma y varios kilogramos de drogas (marihuana y cocaína) en el 'Complejo del Alemán', una barriada pobre dominada por una de las poderosas bandas que operan en la zona norte de la ciudad.

Los dos policías militares heridos fueron alcanzados por fragmentos de una granada, por lo que fueron trasladados al hospital Getúlio Vargas, pero su vida "no corría riesgo", aseguraron fuentes de la Policía Militar.

Los hechos se suceden después de una operación de la Policía, que duró más de cinco horas y culminó con cinco muertes, en la que 250 agentes buscaban a los autores de una serie de ataques que aterrorizaron a la ciudad en diciembre pasado.

El 'Complejo del Alemán' es la sede principal del 'Comando Vermelho' (Comando Rojo), que está señalado por las autoridades como una de las bandas que organizaron una serie de ataques a blancos policiales y civiles poco antes del fin del año pasado, cuando Río era visitada por miles de turistas de todo Brasil y del exterior.

Los ataques, que dejaron 19 muertos en un sólo día y pusieron en jaque a las autoridades días antes de la investidura en su cargo del nuevo gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral.