Tiempos de crisis, pero no para el cine y los aficionados al cine fantástico. El Festival de Sitges ha visto aumentado en un 10% su venta de entradas en relación con la pasada edición, según explicó el director del certamen, Ángel Sala, este jueves durante un encuentro con la prensa.

Un incremento que se produce pese a que el festival ha contado con un día menos. Sin embargo, llevan 54.313 entradas vendidas en contraste con las 49.146 el mismo miércoles del año anterior. "Se ha logrado sin tener ni festivos ni puentes entre medio", valoró Sala y añadió que "entre todos, festivales, productores... haremos que (el cine) sobreviva".

El certamen que se celebra en la localidad costera catalana contiene una amplia programación que incluye desde las propuestas más extremas y actuales del género de terror, fantasía y ciencia-ficción a nivel internacional, como las producciones de aquí o realizadas afuera con directores españoles. Entre ellos, los madrileños Gonzalo López-Gallego y Jorge Dorado presentaron respectivamente Open Grave y Mindscape, rodadas en inglés y con reparto internacional, al igual que el barcelonés Víctor García con Gallows Hill, una historia sobrenatural en una casa encantada.

También tiene en cuenta al cine de autor, el más personal y arriesgado, desde cineasta más conocidos como Jodorowsky, Terry Gilliam o Jim Jarmusch, a obras más radicales. Y además, en esta edición, se ha potenciado el cine low cost, hecho con presupuestos risibles y entre los que han sobresalido obras como Escape from Tomorrowland, rodada en los parques temáticos de Disney sin permiso alguno, o Hooked Up del barcelonés Pablo Larcuen, filmada íntegramente mediante IPhone.

Aún quedarán por tener las cifras completas de venta de entradas de un festival que terminará este domingo con las clásicas maratones en los cines de la localidad, y en las que se podrán ver algunas de las películas que más han gustado a lo largo de esta edición.