Los Mossos d'Esquadra han desarticulado un grupo criminal que estaba especializado en robar en las autopistas catalanas. Concretamente, en la AP-7, la AP-2 y la C-33. Entre febrero y junio de este año, habrían cometido unos 115 delitos, entre los cuales hay hurtos, robos violentos, falsedad documental, delitos contra la seguridad del tráfico y la sustracción de trece vehículos.

El grupo ha quedado desarticulado con la detención de cuatro personas, el pasado 1 de octubre, cuando volvían a su domicilio después de cometer varios robos, según los Mossos. Tres miembros de la banda han ingresado en prisión. La policía considera que el grupo está desarticulado pero no se descartan más detenciones.

La manera de actuar del grupo criminal era la siguiente: elegían una autopista y la rastreaban hasta que localizaban un vehículo con matrícula extranjera. Lo seguían y le lanzaban un objeto a la parte trasera para que pensara que había tenido una avería.

Cuando el vehículo se paraba, el copiloto del grupo criminal salía con la intención aparente de auxiliar las víctimas, mientras un segundo miembro se acercaba al coche agachado para apoderarse de los objetos de valor que hubiera en el asiento del acompañante de las víctimas.

El grupo criminal cometía los robos, según la información policial, siempre con vehículos previamente sustraídos. Además, conseguían placas de matrícula de turismos parecidos y las cambiaban para dificultar la tarea policial.

A la hora de elegir a las víctimas, se aseguraban siempre de que fueran extranjeras ya que suele tratarse de personas que llevan cantidades importantes de dinero en metálico y que tardan más en denunciar. A veces, no lo hacen hasta que no llegan a su país.

Los detenidos tienen entre 25 y 37 años y son de nacionalidad peruana, a pesar de que en algunas ocasiones se acreditaban con documentación falsa de otros países de Sudamérica.