Crece la solidaridad entre vecinos de Madrid para compensar los recortes en servicios sociales

  • Las asociaciones asistenciales que ayudan a personas necesitadas aumentan un 5,9% en el último año en Madrid y acumulan una subida del 55% desde 2007.
  • Surgen redes ciudadanas solidarias que reparten comida y ropa entre los vecinos de los barrios madrileños más golpeados por la crisis.
  • "Los ciudadanos se unen para compensar el hueco dejado por el Estado en la atención social", asegura el sociólogo Ramón de Marcos.
  • El barrio de El Pozo se moviliza a diario para repartir comida a 150 familias.
Residentes del barrio de El Pozo (en Vallecas, Madrid), repartiendo comida a personas necesitadas.
Residentes del barrio de El Pozo (en Vallecas, Madrid), repartiendo comida a personas necesitadas.
JORGE PARÍS
Residentes del barrio de El Pozo (en Vallecas, Madrid), repartiendo comida a personas necesitadas.

Con el inicio del curso escolar, los barrios madrileños se llenaron de mercadillos improvisados para intercambiar libros de texto. En paralelo, decenas de asociaciones vecinales, principalmente de distritos de la periferia, han ido creando comedores sociales o bancos de ropa para atender a familias que se sitúan bajo el umbral de la pobreza. También muchos comerciantes de barrio están lanzando campañas para donar alimentos o realizar descuentos a vecinos en paro. Estas iniciativas son el resultado de un fenómeno creciente en los vecindarios más desfavorecidos de la región: los propios ciudadanos están creando redes solidarias para intentar paliar los efectos de la crisis, ante los recortes en servicios sociales y el debilitamiento del Estado del Bienestar.

"Es una medida compensatoria frente a la crisis. El Estado está cada vez menos comprometido con la atención social y ese hueco lo suplen los propios ciudadanos con redes vecinales y familiares. La sociedad civil tiene ahora más salud que nunca y esa es una buena noticia. La ciudadanía es actualmente el colchón que evita el abismo social", explica Ramón de Marcos, coordinador del área de Ciudadanía del Colegio de Sociología.

El compromiso de los madrileños con sus vecinos se refleja en el aumento de las asociaciones registradas en la región. Actualmente, hay 2.018 entidades de carácter filantrópico o asistencial inscritas en el Registro de Asociaciones de la Comunidad de Madrid, un 5,9% más que las registradas hace ahora un año (cuando había 1.905), según los datos facilitados por la Consejería de Justicia. Este incremento se acumula al que se viene registrando en los últimos años: las organizaciones de ayuda social se han incrementado un 54,8% desde 2007, año previo al inicio de la crisis.

Por otro lado, las asociaciones culturales e ideológicas han crecido un 4,3% en el último año. Según los sociólogos, el aumento de estas últimas entidades está relacionado con el efecto del 15-M, del que se han derivado plataformas en ayuda de los desahuciados o de colectivos afectados por la crisis. "Incluso hay muchos vecinos que están actuando por libre, sin constituirse como asociación. Aquí hay vecinos que acuden con frecuencia a ofrecer comida, ropa, libros y todo lo que alguien puede necesitar", explica Manolo Osuna, presidente de la asociación de vecinos La Corrala (Lavapiés).

Iniciativas solidarias con imaginación

Pero no solo se ofrece apoyo material: "Algunas se organizan para salir a patear las calles en busca de empleo, otros ofrecen asesoría laboral o sobre vivienda y también hay grupos vecinales que cuidan a niños mientras sus padres buscan trabajo", explica un portavoz de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (Fravm). "Te sorprendes de la capacidad de ayuda y de la imaginación de la gente", añade el portavoz de los vecinos.

También están notando la solidaridad creciente en las entidades benéficas. La principal organización de ayuda social, Cáritas, ha multiplicado por cuatro el número de personas que se ofrecen como voluntarias para sus proyectos de ayuda. "En 2008 recibimos 430 solicitudes de voluntarios nuevos; en 2013 se han presentado 1.823 personas con ánimo de ayudar", explica Pilar Algarate, una de las responsables de Cáritas en Madrid.

"Se están incorporando muchos universitarios, personas de 30 años e incluso parados que quieren dedicar su tiempo a ayudar. Funciona bastante el boca a boca: vienen porque algún amigo o familiar les recomienda que hagan esta labor de apoyo. Estas personas dan su tiempo y sienten que aportan algo útil a la sociedad, aunque en muchos casos es duro; hay días que te vas a la cama con sensación de impotencia", cuenta Algarate. Además, los donativos de empresas y de particulares se están disparando: en 2011, Cáritas recibió 12,75 millones de euros en donaciones privadas, una cifra que se elevó a 17 millones en 2012 (un 33% más). "Y eso sin contar los donativos en especie. Por ejemplo, nos traen ordenadores, material escolar, productos de higiene, mobiliario, comida, pañales... Cualquier cosa es bienvenida".

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