El carril está integrado en la propia acera, cuando los ciclistas siempre han pedido que las bicicletas circulen por la calzada, separadas de los vehículos con un bordillo, pivotes o una simple línea.
«Compartir la acera con los peatones es un conflicto porque suelen caminar por el carril-bici o los ciclistas se meten en su sector», señalan los defensores de la bicicleta.
Este conflicto entre ciclista y peatón está muy patente en el Tercer Cinturón, donde muchos viandantes pasean por el carril-bici. Además, los ciclistas se quejan de las condiciones del carril en los cruces. Los bordillos no están suficientemente rebajados y se encuentran con problemas para sortearlos.
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