El mosso que investigó la trama de los prostíbulos confirma los pagos de sobres a jefes policiales

  • Los mandos de la Policía Nacional habrían recibido sobres a cambio de avisar con antelación de las batidas en los locales Riviera y Saratoga.
  • Un subinspector que investigó el caso confirmó que los propietarios de los locales sabían que había chicas menores de edad y sin papeles.
  • Las mujeres más jóvenes y sin documentación eran supervisadas por otras mujeres, que recibían los pagos de los clientes y se quedaban una parte.
Exterior del burdel Saratoga, en la autovía de Castelldefels, en septiembre de 2012.
Exterior del burdel Saratoga, en la autovía de Castelldefels, en septiembre de 2012.
Bertran Cazorla/ACN
Exterior del burdel Saratoga, en la autovía de Castelldefels, en septiembre de 2012.

El subinspector Antoni Salleras, jefe de la unidad anticorrupción de los Mossos d'Esquadra, ha confirmado este martes la práctica totalidad de la versión de la fiscalía en el caso de los prostíbulos Riviera y Saratoga de Castelldefels. Según él, los amos de los clubes pagaban sobres con dinero a mandos de la policía estatal para no recibir batidas policiales o ser avisados con antelación.

Salleras ha explicado que el 2008 los mandos policiales sospechaban que estaban siendo vigilados, y tomaban muchas precauciones a la hora de recibir el dinero o hablar por teléfono. Además, ha dicho que los propietarios de los prostíbulos sabían que en los clubes había menores de edad e inmigrantes irregulares.

Salleras, imputado en otro caso de corrupción policial llamado Macedonia, ha explicado que las batidas policiales en los dos clubes disminuyeron mucho a partir del 2003, cuando teóricamente los pagos de los prostíbulos a los policías se hicieron periódicos, y tuvieron dos repuntes el 2005 y el 2007.

Pero los sobornos servían para que no hubiera batidas o también por si, en caso de que las hubiera, fueran advertidos con tiempo para poder desplazar y esconder a las inmigrantes irregulares y a las menores de edad.

El mosso también ha explicado que detectaron que cuando los responsables de los prostíbulos eran detenidos, las preguntas en comisaría ya estaban pactadas y eran "de rigor". Además, ha añadido que durante su investigación los antiguos responsables de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (Ucrif) ya estaban fuera de la policía, pero seguían cobrando e informando a los amos de los clubes.

El subinspector ha explicado que los investigados tomaban muchas medidas de seguridad, como hablar con "eufemismos" por móvil, refiriéndose a cenar en vez de batida, hablando a través de cabinas telefónicas o teléfonos de familiares y quedando en varios reservados de restaurantes para hacer los intercambios de los sobres de dinero.

De hecho, a los sobres con dinero los denominaban catálogos o relojes, y Salleras ha explicado que cuando tenían que intercambiar estos objetos, los mossos que hacían los seguimientos sólo veían sobres que los policías no abrían cuando los recibían.

Mujeres controladas

Por otro lado, Salleras también ha explicado que después de interrogar a las prostitutas llegaron a la conclusión de que tenían a menores y sin papeles, que eran supervisadas en su trabajo por otras mujeres, las mamis, y que las mujeres, a pesar de que no durmieran en los locales tenían que pagar el alojamiento.

De hecho, según el subinspector, los clientes no pagaban directamente a las chicas, sino que lo hacían a las mamis, que daban el dinero a las prostitutas descontando el alojamiento. A pesar de que las mujeres se consideraban bien tratadas, estas circunstancias demostrarían que los amos de los prostíbulos sí que se aprovechaban laboralmente de las chicas.

Los abogados defensores han intentado desacreditar la investigación de los Mossos, sus intervenciones telefónicas y pequeños errores de transcripción y las conclusiones de sus informes. Aún así, Salleras ha defendido su trabajo y la magistrada presidenta ha recordado que no se está juzgado la investigación policial.

En los próximos días declararán más mossos que intervinieron en la investigación y posteriormente están citadas decenas de prostitutas, a pesar de que se prevé que la inmensa mayoría de ellas, extranjeras, no comparezcan.

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