Invasión caníbal: las películas españolas se llenan de personajes antropófagos

  • Cuatro películas españolas que acaban de estrenarse o están a punto de hacerlo (Caníbal, Omnívoros, Las brujas de Zugarramurdi y Wax) abordan el canibalismo desde distintas perspectivas.
  • "Siempre que el cine ha tocado temas tan crudos ha coincidido con épocas de crisis", afirma Víctor Matellano, director de Wax y experto en cine de terror.
  • La antropofagia es un terreno que históricamente no ha sido apenas hollado por los cineastas españoles.
El malvado doctor Knox, protagonista de 'Wax', disfruta de los deliciosos higadillos de una de sus víctimas.
El malvado doctor Knox, protagonista de 'Wax', disfruta de los deliciosos higadillos de una de sus víctimas.
El malvado doctor Knox, protagonista de 'Wax', disfruta de los deliciosos higadillos de una de sus víctimas.

Una horda de caníbales ha empezado a invadir la cartelera española. Algunos filetean muslos y pantorrillas sin remordimiento alguno, lo que no les impide enamorarse (Caníbal, de Martín Cuenca). Otros sazonan sus bocados con una pizca de humor negro, como en Las brujas de Zugarramurdi (Á. de la Iglesia). Los antropófagos de Omnívoros, de Óscar Rojo, sirven sus delicatessens humanas en caros restaurantes clandestinos que hacen vibrar al espectador a ritmo de thriller.  Y un cuarto filme, Wax (Víctor Matellano), entra de lleno en el género gore y de terror con las andanzas del malvado doctor Knox, que cocina y devora con fruición higadillos extirpados a víctimas aún vivas.

Entre tanta idiosincrasia caníbal, una cosa está clara: nunca antes en el cine español habían coincidido tantos filmes con personajes comedores de carne humana. Y la incertidumbre económica actual podría estar detrás de este fenómeno, según los expertos. "A lo largo de la historia, siempre que el cine ha tocado temas tan crudos ha coincidido con épocas de crisis", explica Víctor Matellano, director de Wax (que se estrenará antes de fin de año) y autor del libro sobre cine de terror español Spanish Horror (ed. T&B).

El cine como reflejo de los miedos subconscientes

Matellano apuntala esta teoría con varios ejemplos: "La matanza de Texas coincidió con los horrores de Vietnam y tras la Segunda Guerra Mundial hubo un resurgir del hombre lobo, quizá como un reflejo de aquello en lo que se habían convertido los jóvenes en las trincheras. La guerra de los mundos, La invasión de los ultracuerpos y otras películas sobre amenazas procedentes del espacio se producen en plena Guerra Fría. Y el auge del vampiro en los años 90, con películas como Entrevista con el vampiro, se da en una época en la que se hablaba mucho de la sangre debido al sida".

En su libro El museo del miedo (ed JC), Hilario J. Rodríguez bucea también en esta relación que parece haber entre los temores subconscientes de la sociedad y el cine, especialmente el de terror: "El expresionismo alemán puso de manifiesto la angustia de la sociedad en el periodo de entreguerras; la edad de oro del cine de terror norteamericano coincidió con la Gran Depresión y el breve esplendor de la RKO tuvo lugar durante la Segunda Guerra Mundial", señala en el prólogo. Para Rodríguez, esto no tiene nada de sorprendente: "En el cine, siempre que hay una confluencia de temas en un momento dado se debe a que todos reaccionamos a lo que sucede. Y si lo que sucede es muy grave, tienden a darse películas similares", explica a 20minutos. "Lo único que ocurre es que en estos casos no se está abordando la realidad de forma directa, a lo Ken Loach, sino a través de representaciones metafóricas".

Relación con el 'fenómeno zombie'

Ambos expertos enmarcan esta oleada de caníbales en el cine dentro un fenómeno más amplio: el de la moda de los zombies. Lo que no deja de ser curioso, a  juicio de Matellano, puesto que el zombie es "el único monstruo que se come la carne, mientras que el vampiro bebe y el hombre lobo desgarra. La moda zombie lleva años en boga e incluso hay series de televisión que los muestran en prime time, algo que hubiera sido impensable hace una década y que probablemente obedezca a que, si uno está angustiado con la vida real, necesita asustarse en la ficción, necesita esa catarsis".

Salvo contadas excepciones como El carnaval de las bestias (donde un grupo de personas en una mansión apartada capta y  engorda a humanos para luego comérselos), que Paul Naschy rodó en 1980, el canibalismo es un terreno que prácticamente no ha sido hollado en el cine patrio. "En los años 70 hubo una eclosión, con filmes como La orgía de los muertos (José Luis Merino) o La orgía nocturna de los vampiros (León Klimovsky), donde salían muchos personajes comiéndose a gente, pero los comensales eran todos monstruos; no como ahora, que son humanos", reflexiona Matellano. Una circunstancia que hace aún más llamativa esta repentina explosión de caníbales españoles en las salas de cine.

El canibalismo, metáfora de la competitividad extrema

Óscar Rojo, director de Omnívoros, es también el autor del guión de este thriller en el que un crítico gastronómico que investiga restaurantes clandestinos descubre que en uno de ellos sirven carne humana. Rojo reconoce que es inhabitual la coincidencia en la cartelera de tantas películas que toquen el tema del canibalismo: "Es como si el cosmos se hubiera unido para ello", comenta con humor. En su caso, la inclusión de la antropofagia en el guión es  "una excusa para reflejar la sociedad oculta, rica, ociosa y esnob que está en todo el mundo y abusa de su posición. No me interesa el canibalismo tanto por el hecho en sí de comer carne humana como por la fuerza que tiene para poder desenmascarar esos abusos que existen".

Rojo ahonda en las connotaciones metafóricas que tiene para él la antropofagia: "Desde pequeños nos enseñan a competir para ser los mejores. Una competitividad que es un poco como devorarnos y comernos los unos a los otros. Algo que me preocupa porque yo, como padre, lo que quiero es que mis hijos sean felices". Para el autor de Omnívoros, el canibalismo, "destruir a una persona y convertirla en carne para comérsela, es el mayor de los horrores imaginables. Es una depravación. Por ello, en mi película lo que más me ha interesado es mostrar es ese proceso en el que se coge a la víctima, se la prepara, se la cocina como si fuera carne. El foco está más en el proceso culinario que en el hecho de comer la carne, porque el acto de comer es, en Omnívoros, muy refinado, muy civilizado. Y ese refinamiento es, precisamente, lo atroz".

Antropófagos: un subgénero que da mucho juego

Éstas son algunas de las películas de caníbales más emblemáticas de la historia del cine.

Holocausto Caníbal (Ruggero Deodato, 1980) Mucho gore, vísceras y violencia para contar la historia de un grupo de jóvenes que caían en manos de una tribu de antropófagos. Fue prohibida en varios países y muy criticada por mostrar imágenes reales de violencia contra los animales.

Delicatessen (Jean Pierre Jeunet y Marc Caro, 1991) La historia, de tintes surrealistas y con mucho humor negro, se ambienta en un una Francia postnuclear en la que un carnicero vende carne humana a sus hambrientos vecinos.

El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991) El personaje de Hannibal Lecter que inmortalizó Anthotny Hopkins es uno de los primeros que se vienen a la cabeza cuando alguien piensa en cine y canibalismo. Una agente del FBI pide ayuda a un psicópata antropófago para que le ayude a detener a un asesino en serie.

Viven (Frank Marshall y Kathleen Kenndy, 1993) Basada en hechos reales, cuenta la historia de los pasajeros de un avión uruguayo que se estrelló en los Andes en los años 70. Los supervivientes de la catástrofe tuvieron que comer carne humana para poder sobrevivir.

Ravenous. (Antonia Bird, 1999) Guy Pearce encarna, en una de las mejores interpretaciones de su carrera, al capitán John Boyd, que es destinado a mediados del siglo XIX a un fuerte en California donde conoce una inquietante leyenda india sobre canibalismo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento