El Minsterio de Sanidad ultima una solución para desbloquear las adopciones en Rusia tras la aprobación de leyes contra las uniones entre homosexuales, que han afectado a procesos iniciados por medio millar de familias españolas, de las que 128 sólo necesitaban la firma de un juez para traerse a los niños asignados.

Es el caso de Roberto y Olga, que tras diez años de noviazgo, quisieron ser padres y decidieron adoptar en la Federación Rusa. A los tres años de iniciar el proceso eran declarados idóneos para ser padres adoptantes y el pasado mes de julio viajaron a 7.013 kilómetros de su casa (en Palma de Mallorca) para conocer al niño que les habían asignado, Iván.

"¿Qué se puede decir? Todos los miedos que teníamos se esfumaron en minutos. Todo fue perfecto, el niño era maravilloso, cariñosísimo y alegre como nunca había visto. Nos enamoró al instante. Los cuatro días que pudimos ver a Iván en sus horas de visita fueron los mejores de nuestra vida, todo por lo que habíamos luchado estaba allí, en cuerpo de niño con una mirada de ojos azules preciosa. ¿Sabe usted lo que sentí la primera vez que me dio un abrazo? Fue una muestra de amor tan puro que a mis 38 años nadie me había dado. No hay palabras para explicarlo", cuenta Roberto a 20minutos.

A la espera solo del juicio, Roberto y Olga volvieron a España, "llorando" por tener que separarse de Iván, que en breve sería su hijo de manera legal para siempre. Pero el 29 de agosto todo cambió. "Todo se paró", describe. Ese día Rusia endureció los requisitos de adopción para países que, como España, habían legalizado el matrimonio homosexual, dictando leyes y recomendaciones a los jueces encargados de dictar las sentencia de adopciones.

Incluso el Tribunal Supremo ruso dictó una recomendación para exigir la acreditación de la firma de un convenio bilateral, que España aún no ha firmado, o comprobar que las familias adoptantes no son homosexuales.

El Gobierno de España lo que está haciendo a toda prisa es trabajar con las comunidades autónomas —que tienen la competencia en Asuntos Sociales— para acordar la redacción del certificado que las autoridades rusas están solicitando para continuar con los procesos de adopción. Ese documento exige información sobre la existencia en España de una figura llamada "recolocación", que garantiza la tramitación de un segundo proceso de adopción o a acogida de los niños rusos adoptados que se hubieran quedado solos. Los niños rusos adoptados en España (712 en 2011, último año con datos estadísticos) siguen manteniendo la nacionalidad rusa.

Además de este certificado, que aceleraría las 128 adopciones que, como la del pequeño Iván, solo están a falta de la firma de un juez, el Gobierno español tiene previsto aprobar, probablemente en octubre, el convenio bilateral con Rusia, que lleva varios años negociándose, y que facilitaría los procesos de adopción en el futuro.

El presidente de la Asociación Nacional de Acogida Infantil (Andai), Antonio Llorente explica que "en general ni en Rusia, ni en casi ningún país dejan adoptar a las parejas homosexuales, otra cosa es que haya habido personas que adopten solos y lo sean; la condición sexual de cada uno es algo personal". Llorente recuerda que en Rusia "el 90% de la población no ve bien" que los niños vivan en familias de personas homosexuales, "y por eso han hecho una serie de leyes, que lo dejan claro y ponen los límites". La aprobación también en Francia de las uniones de un mismo sexo han hecho a Rusia acelerar los cambios.

"Nosotros somos el segundo país del mundo en adopciones de niños rusos, sólo por detrás de EEUU", señala Llorente, quien aclara que encabezamos la lista de países adoptantes en Rusia, si se tiene en cuenta los datos de población. Varias "Ecais", las organizaciones autorizadas por las comunidades autónomas para tramitar las adopciones en Rusia, han alertado de estos problemas que están angustiando a las familias que ya estaban en la fase final del proceso. Es el caso de Roberto que se despide diciendo que ruega para que se firme el acuerdo entre los dos países "pues los niños son los que más necesitan estar junto a sus familias, que tanto amor e ilusión tienen puesto en el difícil proceso de la adopción".