La plataforma Salvemos Cabana ha criticado que el nuevo director general corporativo del proyecto de explotación aurífero de Corcoesto, Francisco Aréchaga, sea también el presidente de la Cámara Oficial Mineira.

Así las cosas, este colectivo en contra de la megaminería ha lamentado este nombramiento efectuado por la empresa filial de Edgewater, Mineira de Corcoesto, al considerar que esta decisión pretende "presionar" a la Xunta para que apruebe definitivamente el proyecto minero entre los municipios coruñeses de Cabana, Coristanco y Ponteceso.

Y es que este ingeniero de minas asturiano, ha subrayado Salvemos Cabana en un comunicado, defiende el concepto "irreal" de la minería sostenible. Para esta plataforma, este término no es realizable, puesto que sostiene que "cualquier actividad minera tiene fecha de caducidad".

"La explotación del recurso supone su agotamiento, generando un gran número de impactos medioambientales, y siendo la actividad industrial que más residuos genera a nivel mundial", ha remarcado Salvemos Cabana.

En esta misma línea, este colectivo ha recordado que las centrales térmicas de As Pontes (A Coruña) y de Compostilla (León), ambas dirigidas en el pasado por Aréchaga, no se han caracterizado por ser los "mejores ejemplos de respeto medioambiental".

"altísimos niveles de acidez"

En cuanto a la de As Pontes, la plataforma antiminería ha asegurado que el lago artificial defendido por Aréchaga "dista mucho" de la "visión idílica" que se presenta desde la Cámara Oficial Mineira. Para ejemplificar esto, el colectivo ha recordado que en las escorrentías del perímetro se han registrado "altísimos niveles de acidez, hasta mil veces superiores a los normales".

Para compensarlos, Salvemos Cabana ha denunciado que se hayan descargado camiones de cal, ya que esto supone una "verdadera chapuza ambiental autorizada por el Gobierno gallego".

Con respecto a los puestos de trabajo, esta plataforma ha criticado que Aréchaga venda el proyecto de Corcoesto como el "arma definitiva para superar la crisis" a través de los 271 empleos que la empresa ofrece. Hecho que, a juicio de Salvemos Cabana, no considera el "escaso horizonte temporal" de la explotación ni las "posibles consecuencias" que podría tener en los "restantes sectores productivos" de la comarca de Bergantiños, especialmente en el "agropecuario", que emplea a 2.714 personas.