La primera Tomatina de pago ha tenido como invitados  a la lluvia, los rayos y los truenos

  • Este año se ha decidido cobrar entrada para reducir a 20.000 los participantes.
  • En esta batalla han participado 60 países.
  • Las precipitaciones no han impedido la guerra de tomates.
Las intensas precipitaciones que se registran este miércoles en Buñol (Valencia) han provocado el adelanto del inicio de la Tomatina, la guerra a tomatazos entre 20.000 personas que este año por primera vez, desde su inicio en 1945, cobra entrada a los participantes. Un total de 130.000 kilos de tomates se lanzan los 20.000 participantes.
Las intensas precipitaciones que se registran este miércoles en Buñol (Valencia) han provocado el adelanto del inicio de la Tomatina, la guerra a tomatazos entre 20.000 personas que este año por primera vez, desde su inicio en 1945, cobra entrada a los participantes. Un total de 130.000 kilos de tomates se lanzan los 20.000 participantes.
Biel Aliño / EFE
Las intensas precipitaciones que se registran este miércoles en Buñol (Valencia) han provocado el adelanto del inicio de la Tomatina, la guerra a tomatazos entre 20.000 personas que este año por primera vez, desde su inicio en 1945, cobra entrada a los participantes. Un total de 130.000 kilos de tomates se lanzan los 20.000 participantes.

La lluvia, los rayos y los truenos se han sumado este miércoles en Buñol (Valencia) a la primera Tomatina de pago, la guerra a tomatazos que este año ha decidido cobrar entrada para reducir a 20.000 los participantes en el recinto acotado en varias calles del pueblo.

La tormenta que afecta al interior de la provincia de Valencia ha obligado a adelantar a las 10.45 horas el inicio de la batalla, quince minutos antes de lo habitual. No obstante, las precipitaciones, acompañadas de rayos y truenos, no han impedido que la guerra de tomates, con 130.000 kilos de esta hortaliza, haya durado una hora, como marca la tradición.

Participantes de 60 países han tomado parte en esta batalla, 15.000 que han pagado diez euros por acceder al recinto de la Tomatina y que se han unido a los 5.000 vecinos del pueblo que tenían entrada gratuita. Los guerreros de la Tomatina, ataviados con ropas viejas o disfraces y con gafas de bucear para protegerse los ojos, han comenzado a disparar tomates, tras aplastarlos para aminorar el dolor de su impacto, sobre sus compañeros de batalla, liberando adrenalina a tomatazo limpio.

En pocos minutos, un líquido viscoso y rojo ha comenzado a inundar la calzada y a cambiar el color de las fachadas y de la vestimenta de los participantes de esta contienda, que ha finalizado a las 11.45 horas, momento en que han comenzado a limpiarse las calles cerradas para la Tomatina.

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