Alertan de dos casos de botulismo en el País Vasco por el consumo de alcachofas en lata

  • La AESA ha ordenado la retirada de las conservas contaminadas.
  • Se trata de corazones de alcachofa de la marca "Viuda de Mateo".
  • Sólo las conservas de la marca, lote y fecha de caducidad similar son sospechosas de portar la toxina.

Las autoridades sanitarias del Gobierno vasco han notificado la aparición de dos casos de botulismo debido al consumo de conservas de alcachofas originarias de una empresa de Navarra, informó este sábado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA).

El comunicado de la AESA informa de que se trata de un matrimonio de mediana edad que tuvo los primeros síntomas el pasado jueves y que actualmente está siendo tratado en un hospital.

El botulismo es una intoxicación alimentaria infrecuente que puede llegar a ser muy grave, que afecta al sistema nervioso y es debida a la toxina del Clostridium botulinum, una bacteria que contamina algunos alimentos, como las conservas vegetales.

Los servicios de control oficial de alimentos de las comunidades autónomas y los demás puntos de contacto de la red de alerta ya han sido informados, con el fin de que adopten las medidas pertinentes de inmovilización y retirada de este producto en la fábrica, distribuidores y puntos de venta.

El producto presuntamente implicado en la intoxicación es un envase cilíndrico de vidrio de aproximadamente 750 ml y con el número de lote: ND2430512.

En su etiqueta figura: "Viuda de Mateo" Corazones de Alcachofa. Primera. Ingredientes: Alcachofas, agua, sal y acidulante E-330.

Además, en el lateral izquierdo de la etiqueta figura: Mecoar S.L. c/ Río Cascajo s/n Mendavia (Navarra) R.S.I. nº 40-12867/NA. Producto originario de Perú.

En el lateral derecho de la etiqueta se lee: Peso 660grs. Peso escurrido 400grs y en la inferior pone: "Consumir preferentemente antes de: 31-12-2011".

El comunicado de la AESA advierte de que "sólo las conservas de alcachofa de la marca, lote y fecha de caducidad señaladas son sospechosas e, incluso, "es probable que no haya ningún envase más afectado, o que sean muy pocos".

Los consumidores que hayan utilizado estas conservas en platos cocinados con calor (por ejemplo, en menestra) deben estar tranquilos, pues el calor inactiva las toxinas.

En el caso improbable de que un consumidor, después de haber ingerido estas conservas sin cocinar, experimente síntomas compatibles con esta enfermedad (mala visión, náuseas, vómitos, diarrea, problemas para hablar y tragar) debe dirigirse a los servicios sanitarios ordinarios, recomienda la AESA.

Además, si los consumidores tienen envases del mencionado producto, esta Agencia sanitaria advierte de que hay que devolverlos al punto de venta, sin consumirlos.

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