Un repaso por la evolución del vestuario y los mejores trajes de la historia del circo

  • La exposición '¡En pista!' recopila algunas de las mejores piezas de vestuario circense del siglo XVIII hasta ahora.
  • Traza la historia del circo moderno con una amplia colección de accesorios, pinturas, fotos, carteles, documentos audiovisuales...
  • Destaca una gran colección de atuendos para payasos, algunos de Charles Vicaire, que en los años treinta diseñó elaborados trajes para payasos carablanca.
'El grillo', vestuario de 2009 para el Circo del Sol. El diseño es de Liz Vandal y el maquillaje, de Julie Béguin
'El grillo', vestuario de 2009 para el Circo del Sol. El diseño es de Liz Vandal y el maquillaje, de Julie Béguin
© Coll. Cirque du Soleil / Photo OSA Image.
'El grillo', vestuario de 2009 para el Circo del Sol. El diseño es de Liz Vandal y el maquillaje, de Julie Béguin

Con un origen que parece remontarse a hace 3.000 años —cuando el equilibrismo, el malabarismo y las acrobacias se practicaban para disfrute de un público popular— se dice que el inventor del circo moderno fue el inglés Philip Astley (1742-1814), un oficial de caballería aficionado a las acrobacias sobre caballos, que en 1768 en Londres dedicó por primera vez en la historia un espacio cerrado sólo a números y trucos ecuestres que componían un espectáculo.

El repertorio visual del circo moderno fue tomando forma entre 1770 y 1860 y lo componían cinco figuras: el maestro de ceremonias, el artista ecuestre, el acróbata, el payaso y el domador. Los personajes se correspondían a arquetipos basados en la realidad: al caballero burgués, la bailarina, el gimnasta, el hombre simple y el guerrero. Los trajes debían identificarlos al momento, nada más aparecer ante el público. Fue el comienzo del diseño de las prendas, que debían transformar el aspecto general del artista, darle exotismo, atractivo, carisma y credibilidad.

El Centro Nacional de Trajes de Escena y Escenografía (CNCS), en Moulins (Francia), en coproducción con la Biblioteca Nacional de Francia, expone En piste! (¡En pista!), una muestra que hasta el 5 de enero presenta algunos de los mejores trajes de la historia del circo desde el nacimiento de su versión moderna en el siglo XVIII hasta el presente.

Entrevistas a artistas, diseñadores y sastres

Una colección de trajes, accesorios, pinturas, fotografías, carteles y documentos audiovisuales entre los que hay entrevistas con artistas de circo, diseñadores de trajes y sastres descubren la complejidad y la importancia del vestuario en circos como el Fratellini, el Bouglione, el Cirque Plume, el Circo del Sol, el Cirque Phénix o el Franco Dragone Entertainment Group.

En el recorrido, el centro da una visión global del significado del traje en el espectáculo, su diseño, producción, su capacidad de crear juegos visuales. Las piezas repasan la evolución en el aspecto de malabaristas, artistas ecuestres, payasos, domadores y entrenadores, trapecistas... Algunas son propiedad de los circos, otras proceden de coleccionistas privados y artesanos y muchas son préstamos de la rica colección de material circense que tiene en propiedad la Biblioteca Nacional de Francia.

300 horas de trabajo para vestir a un carablanca

De entre el amplio conjunto destaca una variada serie de atuendos para amazonas que van del tutú al vestido largo; y una extensa serie de trajes para payasos carablanca, algunos creados por un histórico del vestuario circense, el francés Gérard Vicaire (hijo del también diseñador de trajes para espectáculos Charles Vicaire). En su taller de París, a partir de 1931, los Vicaire vistieron a los mejores payasos carablanca del momento mezclando motivos figurativos y abstractos, a veces tan complejos que requerían hasta 300 horas de trabajo por traje.

La exposición también documenta el cambio que tras 1968 hubo en la concepción del vestuario de circo. Hasta ese momento el artista que ejecutaba el número decidía los pormenores de la ropa que luciría, pero en una reacción ante los estándares repetitivos, para terminar con arquetipos que comenzaban a parecer desfasados, se comenzó a fomentar la idea de que cada atuendo estuviera de acuerdo con la estética global del espectáculo. El vestuario del Circo del Sol o del Franco Dragone son ejemplos de cómo la representación ha ido cambiando para formar una historia global en lugar de una sucesión de números sin conexión entre ellos.

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