Centenares de personas se han dado cita este lunes en la parroquia de Santiago Apóstol de Ciudad Real para dar el último adiós a la última víctima mortal del accidente de tren en Santiago procedente de la provincia, concretamente Isidoro Fernández, cuyo hijo se encuentra ingresado en un hospital de Galicia y cuya nuera fue enterrada el pasado sábado en Valdepeñas.

Al funeral de Fernández, que era tío del concejal de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento de Ciudad Real, Guillermo Arroyo, han asistido varios ediles del Consistorio capitalino, encabezados por la alcaldesa, Rosa Romero, además de la consejera de Empleo, Carmen Casero y el delegado de la Junta en Ciudad Real, Antonio Lucas-Torres.

El funeral, para el que la iglesia se ha quedado pequeña, ha sido oficiada por el sacerdote Enrique Galán, que durante muchos años fue párroco de Santiago y desde hace dos años se encuentra en la parroquia de la Asunción de Valdepeñas donde, precisamente, el sábado concelebró junto a otros tres sacerdotes —entre ellos el del barrio del Lucero, donde residía la joven— el funeral de la nuera de Isidoro Fernández.

Durante su intervención, Galán ha aprovechado para pedir a los amigos de la familia que les arropen en estos difíciles momentos con el objetivo de que la "tristeza" no anide en su corazón, al tiempo que ha recordado a los familiares de Isidoro Fernández —uno de las últimas víctimas en ser identificada— que la esperanza de los cristianos está "en la Resurrección".

Isidoro Fernández viajaba en el tren siniestrado junto a su hijo y a la novia de este porque se dirigían a Galicia para asistir al bautizo de una nieta que se celebraba el pasado fin de semana.