Condenan a 4 años y medio de cárcel a un sargento de la Guardia Civil por tráfico de drogas

La sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a un sargento de la Guardia Civil a cuatro años y medio de cárcel y a pagar una multa de 29.000 euros por un delito contra la salud pública, en su modalidad de venta o tráfico de drogas, tras encontrar en su vehículo cocaína. La Sala considera que concurre la circunstancia agravante de prevalimiento de su carácter de agente de la autoridad.

La sección primera de la Audiencia Provincial de Castellón ha condenado a un sargento de la Guardia Civil a cuatro años y medio de cárcel y a pagar una multa de 29.000 euros por un delito contra la salud pública, en su modalidad de venta o tráfico de drogas, tras encontrar en su vehículo cocaína. La Sala considera que concurre la circunstancia agravante de prevalimiento de su carácter de agente de la autoridad.

Así mismo, en este procedimiento han sido condenados dos hombres, de nacionalidad colombiana, que acompañaban al agente, por el mismo delito. En total, cumplirán tres años de prisión y tendrán que pagar un multa de 29.000 euros cada uno de ellos.

Los hechos se remontan al 15 de junio de 2012, cuando el sargento de la Guardia Civil acusado, con destino en el Destacamento de Tráfico de Castellón, viajaba junto a otras dos personas por la AP-7, dirección Barcelona ,en el vehículo propiedad del primero.

Estas tres personas eran objeto de seguimiento y vigilancia por los miembros del Equipo EDOA de la Guardia Civil de Castellón, quienes venían investigando a los acusados por su presunta implicación en el tráfico de drogas.

Al llegar al peaje situado en el término municipal de Benicarló (Castellón), los agentes de la Guardia Civil decidieron interceptar el automóvil ante las sospechas de que podrían estar transportando una determinada cantidad de sustancias estupefacientes.

En ese momento, "y con el fin de evitar la detención y descubrimiento de su ilícita carga, de acuerdo con el plan previamente establecido", el sargento de la Guardia Civil, "tratando de aprovechar su condición de agente de la autoridad para sus ilícitos fines", mostró su identificación, a la vez que dijo: "soy compañero de tráfico, ¿no me conocéis?".

Los agentes del EDOA que le seguían encontraron bajo el asiento del conductor un bolso de color negro en el cual había un paquete cuadrangular que contenía en su interior un total de 138,96 gramos de cocaína, otro paquete con 138,59 gramos de fenacetina y una bolsa con 27,41 gramos de cafeína, sustancias estas últimas habitualmente utilizadas para el "corte" de la primera, "la cual no tenía otro destino que la venta y distribución a terceros por parte de los acusados", según la sentencia.

Además, en el vehículo fueron hallados dos transmisores, de los que uno había sido adjudicado al acusado para su utilización personal en el servicio de tráfico y el segundo destinado al Puesto Principal de la Guardia Civil de Almazora, así como una nota manuscrita y fotocopia de la misma en la que se recogían los nombres, con los números de sus documentos nacionales de identidad, de 21 guardias civiles pertenecientes a la Policía Judicial y la matrícula de un vehículo policial destinado al Equipo EDOA de la Guardia Civil.

Así mismo, se encontraron dos cajas de munición y una pistola, arma reglamentaria que era la asignada oficialmente al acusado para su labor como agente de la autoridad.

En el domicilio

Un día después se procedió, previa autorización judicial, al registro del domicilio de uno de los acusados colombianos, en el que fueron encontrados 61,09 gramos de cocaína, así como 0,65 gramos de fenacetina y 0,96 gramos de marihuana, además de 18 teléfonos móviles, dos básculas de precisión, un rollo de alambre de cierre, una bolsa con recortes circulares, una navaja y dos cucharas con restos de polvo blanco, "efectos destinados a la ilícita actividad por parte del acusado".

De la misma forma, se procedió a la entrada y registro de la vivienda del otro procesado colombiano, donde fueron hallados 22 teléfonos móviles y una balanza de precisión con restos de sustancia blanca, "efectos directamente relacionados con la ilícita actividad de dicho acusado".

La cocaína hallada en el vehículo propiedad del sargento de la Guardia Civil habría alcanzado en el mercado ilícito un valor de 28.644 euros y las sustancias —cocaína y marihuana— halladas en el domicilio del otro procesado habrían alcanzado un valor de 390,86 euros.

En la fecha de los hechos el agente acusado era consumidor ocasional de cocaína, si bien no presentaba una grave adicción a dicha sustancia que afectara a sus facultades cognoscitivas y volitivas.

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