Hace diez años, un inmueble recién construido tenía una media de 90 metros cuadrados y su precio era de 162.000 euros (1.800 por metro). Hoy en día, la superficie habitable de un piso que sale a la venta en la ciudad es de 75 metros. Su coste asciende a 262.500 euros, o lo que es lo mismo, a 3.500 por metro cuadrado útil.

Y hay más cambios, de cuatro habitaciones hemos pasado a vivir con dos. «Donde antes se construían pisos de cien metros, que ya no se hacen, ahora hay dos de 40», explican desde el sector inmobiliario. Detrás de esto está la posibilidad, apuntan desde las promotoras, de «sacar más rentabilidad y más facilidad de venta».

Cambio generacional

El cliente tampoco es el mismo: de familias de hasta tres hijos se ha pasado a uno como mucho. Esto conlleva que se necesiten menos habitaciones y, también, cierto conformismo. «Lo que ahora se vende no se aceptaba por menos de 90 metros cuadrados», señalan en las inmobiliarias herculinas.

El cambio de mentalidad en la demanda también afecta a la ordenación del interior. Al contrario que hace una década, actualmente preferimos que sea más grande el baño que la cocina. Para los primeros se pide que sean casi como un dormitorio y las cocinas, si se puede, se incorporan al salón.

Vuelta al centro

La demanda de inmuebles en A Coruña es creciente. Si bien la gente sigue comprando chalés en las afueras para escapar de las estrecheces y precios de la ciudad, desde las promotoras observan una tendencia a regresar a la misma.

Pero no a una zona cualquiera, sino al centro. Está tan de moda que «se vende todo lo que sale», sin importar si el metro cuadrado supera los 6.000 euros.

¿Piso o chalé? dos modos de vida

Roberto Aguete. 32 años. vive en un piso de 40 metros en el barrio de Monte Alto

«Tienes todo al lado»

«Sobre todo es comodidad por los servicios, tienes todo al lado de casa: el supermercado y las tiendas. Es un poco más difícil aparcar, pero compensa tener todo más cerquita que si vivieras en un chalé en las afueras».

Isabel Saavedra. 37 años. Vive en un chalé de 200 metros en Valaire (a Zapateira)

«Es calidad de vida»

«No tengo problemas para aparcar. Mi familia y yo vivíamos en un piso de 76 metros y ahora sólo mi garaje tiene 82. Además, paseo en un ambiente de calma absoluta. Lo mejor de todo: hemos ganado en calidad de vida».