El control del ruido empezará en 100 pubs, bares y discotecas con música, la mayoría del centro y La Malagueta. Todos tienen su limitador (cuesta alrededor de 2.000 euros y es un requisito obligado para la licencia). Tendrán que invertir 80 euros más en un transmisor.
El éxito de este sistema en Granada, León y Benidorm ha llevado al Área de Medio Ambiente a copiarlo y adoptarlo en la nueva ordenanza contra el ruido, cuya entrada en vigor se ha retrasado: está pendiente de una ley estatal.
Trucos para subir más la música
Hay bares que trucan su limitador de sonido, aunque no es fácil. Jerónimo Vida, profesor de la Universidad de Granada y experto en contaminación acústica, explica que estos equipos funcionan como el tacómetro del camión: registran todo lo que se hace; no se puede borrar.
Cuando un DJ sube la música más de los decibelios permitidos en un local, el limitador hace que se corte automáticamente, se baje o se escuche distorsionada.
No obstante, Vida cree que se manipulan pese a que llevan un sello cuya apertura nota el inspector. Por eso, defiende que el equipo esté conectado en tiempo real para que la vigilancia sea estricta.
En Málaga, la inspección de los bares depende de la Policía Local, que vigila in situ y hace mediciones aleatorias . El portavoz de salas de fiestas de la Asociación de Empresarios de Hostelería (Aehma), Juan Rambla, indica que los bares con licencia tienen su limitador y funciona bien. No cree que se truque y asegura que a los dueños de los locales no les hará gracia tener que pagar más para poner un módem.
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