'Epifanías cotidianas', las fotos como registro de la vida diaria

  • El Metropolitan de Nueva York monta una antología temática con fotógrafos de las últimas cuatro décadas interesados por la intimidad del día a día.
  • La muestra parte de la puesta en duda, a finales de los años sesenta, de los valores estereotipados de la forma de vida occidental.
  • Hay obras de John Baldessari, Philip-Lorca diCorcia, Nan Goldin, David Salle, Sally Mann, Stephen Shore, William Wegman...
"Moretón con forma de corazón", foto de Nan Golding
"Moretón con forma de corazón", foto de Nan Golding
The Metropolitan Museum of Art © Nan Goldin, Courtesy Matthew Marks Gallery, New York
"Moretón con forma de corazón", foto de Nan Golding

"El arte limpia el alma de la suciedad de la vida diaria". Pablo Picasso entendía la creación como una ruptura con la estructura reglada del devenir diario y las agendas cotidianas. Algo parecido pensaba el dramaturgo Eugène Ionesco, que por algo era uno de los padres del teatro del absurdo dedicado a mostrar la incongruencia metafísica del hombre moderno: "No hay ninguna religión donde la vida cotidiana no sea considerada una prisión; no hay ninguna filosofía o ideología que ponga en duda que vivimos alienados".

Pese al calado de ambos opinantes, Picasso e Ionesco estaban equivocados o hablaban de su propia experiencia, acaso marcada por  lo cotidiano como una carga que les resultaba insoportable en comparación con el goce de la vida loca que tenían el privilegio de llevar.  Lo diario, al menos desde hace casi medio siglo, no siempre se reduce a un conjunto de estereotipos o una tabla de tareas más o menos repetida. Al contrario, se ha convertido en un terreno artístico fructífero y lleno de sorpresas.

Los milgaros del día a día

Everyday Epiphanies. Photography and Daily Life Since 1969  (Epifanías cotidianas. Fotografía y vida diaria desde 1969), una exposición del Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York inaugurada el 25 de junio y en cartel hasta el 26 de enero de 2014 reúne obras de las últimas cuatro décadas y media, casi todas fotografías —se exhiben también algunos vídeos—, que se concentran en la intimidad del día a día y sus milagros, no siempre marcados por una visión ilusoria de las supuestas bondades del aburrimiento y la costumbre, sino basados en la manifestación de un sentimiento, una acción o un fenómeno inesperados.

Los artistas que ha seleccionado el MET buscan mostrar lo que frecuentemente pasamos por alto y demostrar la injusticia del soslayo al que sometemos a lo cotidiano. La selección de la muestra temática parte de 1969 porque en torno a esa fecha comenzó a medrar en Occidente la sensibilidad de que también era necesaria una revolución del día a día que expandiese los límites de la forma de vida y de entender sin ortodoxias lo aparentemente ordinario de nuestras existencias.

Rebelión contra el estereotipo

"La vida diaria, tal como era experimentada en Europa Occidental y los EE UU desde los años cincuenta, fue puesta en cuestión en la década siguiente por la contracultura, que se rebeló contra el estilo de vida estereotipado. Desde el feminismo a las drogas psicodélicas o la exploración espacial, todo sugería un casi infinito conjunto de maneras de percibir la realidad. Los artistas y pensadores sugirieron, por extensión, una revolución de la vida cotidiana", explican desde el museo para justificar la exposición.

Las cuatro mujeres en batas de andar por casa que David Salle muestra contemplativas y mirando hacia el exterior de las ventanas de las cocinas en una obra de 1973 contienen incluso una crítica a la pureza del feminismo lineal, al mostrar, destacados por el color sobre las fotos en blanco y negro, cuatro envases de café instantáneo, dando a la obra la hondura crítica de mostrar la falta de libertad real que padecían los EE UU durante la época de la Guerra Fría.

Dos piezas de vídeo-arte abundan en el espíritu cáustico sobre los viejos roles que eran impuestos a las mujeres durante los años sesenta y setenta. En Semiotics of the Kitchen (La semiótica de la cocina, 1975), la artista Marta Rosler aparece en plano medio frente a la cámara, mostrando y nombrando utensilios por orden alfabético y termina ejecutando una especie de coreografía que termina con la letra z ejecutada como el símbolo del Zorro. Convencida de que "cuando la mujer habla, nombra su propia opresión", Rosler reemplaza el "léxico familiar" del instrumental culinario con un glosario de "rabia y frustración".

"Las cintas de mamá"

The Mom Tapes (Las cintas de mamá), realizado por Ilene Segalove en 1974,  muestra, en tono decididamente cómico, cómo la madre de la artista intenta ayudarla a decidirse qué prendas de vestir llevar. Mientras tanto, la videoartista, siempre fuera de plano, confiesa sentirse "muy aburrida", lanza objetos por la habitación y rechaza, una tras otras, las propuestas de vestuario. "Para ti todo es arte", dice la señora, bastante cansada del ejercicio.

En la década de los ochenta, en plena crisis económica, los fotógrafos decidieron mirar hacia su círculo más cercano y, en ocasiones, hacerlo sin los condicionantes de la represión o los miedos a los tabúes. En Jesse at Five (Jessie a los cinco años, 1987) Sally Mann retrata a una de sus hijas semidesnuda y posando como una muñeca adulta. La gran fotógrafa, que se dedicó durante años a mostrar a su familia de una manera emocional y muy directa, creó una gran polémica en los EE UU por la potencia explosiva y sincera de sus imágenes.

En Everyday Epiphanies hay también obras de, entre otros, John Baldessari, Philip-Lorca diCorcia, Nan Goldin, Stephen Shore y William Wegman.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento