Unos 17.400 gallegos han abandonado su lugar de residencia durante los primeros tres meses del año para trabajar en otra provincia española, según recoge un informe realizado por la empresa de Recursos Humanos Randstad.

Así, el informe clasifica a Galicia como región emisora, dado que las personas que han salido de la misma superan a las que han entrado para encontrar trabajo, en concreto más de 3.000 personas de diferencia. Frente a los casi 17.400 gallegos que han salido a trabajar a otras provincias, han llegado a la Comunidad casi 14.400.

Por provincias, A Coruña —6.900— y Pontevedra —3.950— fueron las que más personas han recibido para trabajar. En la misma línea, Pontevedra también es la provincia con más empleados que salen a trabajar fuera de su lugar de residencia —6.700—, seguida de A Coruña —6.500—.

A nivel nacional, un total de 347.494 de trabajadores firmaron durante el primer trimestre de este año un contrato que implicaba cambiar su residencia a otra provincia, lo que supone casi un 22 por ciento menos que en el mismo periodo de 2012, según un análisis de Randstad.

Este descenso se reflejó también en la tasa de movilidad entre provincias, fórmulas que mide la proporción de contratos que implican desplazamiento sobre los contratos que afectan al territorio. Así, de enero a marzo de 2013 la tasa de movilidad interprovincial se situó en el 11,53 por ciento, un valor inferior al 12,2 por ciento del trimestre anterior.

El perfil mayoritario de los trabajadores que se desplazan es el de un hombre de 25 y 44 años, con estudios secundarios, que se dirige a otra provincia para ocupar puestos en las actividades relacionadas con el turismo y el comercio y en la construcción.

Por sexo, la mayor parte de estos trabajadores son hombres (65,4 por ciento), mientras que por edades, el 40,7 por ciento corresponde a la franja de 25 a 34 años y el 28,1 por ciento a la de 35 a 44 años. Al otro lado de la balanza se encuentran las personas mayores de 54 años, segmento de edad en el que sólo se desplaza un 3,5 por ciento.

Por grupos ocupacionales, el relativo a los trabajadores no cualificados alcanza el 34,4 por ciento del total, seguido de los trabajadores de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores de los comercios, con un 19,2 por ciento.