La escritora valdepeñera Rosa Peñasco revela en su nuevo libro cómo el alzhéimer es un viaje a la esencia de la persona

La escritora de Valdepeñas (Ciudad Real) Rosa Peñasco acaba de presentar su último libro 'Mi madre-niña. Un viaje al corazón desde el corazón del alzhéimer' en el que trata de mostrar la cara más "amable" de la enfermedad revelando que realmente supone un viaje a la esencia de la persona "aunque para conseguirlo, el enfermo rompe la estructura del tiempo, las pesadas estructuras de pasados y presentes".
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EUROPA PRESS
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La escritora de Valdepeñas (Ciudad Real) Rosa Peñasco acaba de presentar su último libro 'Mi madre-niña. Un viaje al corazón desde el corazón del alzhéimer' en el que trata de mostrar la cara más "amable" de la enfermedad revelando que realmente supone un viaje a la esencia de la persona "aunque para conseguirlo, el enfermo rompe la estructura del tiempo, las pesadas estructuras de pasados y presentes".

Así lo ha explicado la reconocida escritora y profesora de Trabajo Social en la UNED en una entrevista concedida a Europa Press en la que ha reconocido que este libro, en el que narra las vivencias más personales con su madre, enferma de alzhéimer durante 10 años hasta que falleció el año pasado, se desnuda "por puro egoísmo".

"Hay quien va a un gimnasio, quien pega puñetazos o quien le amarga la vida a los demás y se queda tan ancho. Pero a quienes nos ha tocado 'en suerte la cruz' de la creatividad que para colmo, hace buenas migas con la sensibilidad, sólo sintiendo hasta explotar y después escribiendo, pintando, esculpiendo o lo que sea, nos quedamos en paz", ha argumentado.

El mensaje a trasladar

Para Peñasco, el mensaje más importante que intenta trasladar en el libro, además de servirle de terapia a ella misma, es que es cierto que el alzhéimer es "durísimo, denso, difícil y mucho más en los tiempos que vivimos", pero también quiere mostrar que hay otro lado que es "la tremenda empatía y peculiar relación que se da entre el enfermo y el cuidador".

"Al privilegio que supone que el ser que amas, se vaya desnudando ante ti, despojándose de corazas, egos, prejuicios y apariencias porque te está enseñando, ¡nada más y nada menos!, que su esencia, su pureza y su corazón infantil, sin trampa ni cartón", ha aseverado.

Aunque de ninguna manera quiere que este libro se pueda considerar como un manual de autoayuda, explica que tras el "duro golpe" que supuso que a su madre le diagnosticaran la enfermedad, cambió su punto de vista al entender que con el alzhéimer, al igual que con la vida en general, tenía que cambiar el "chip" debido a "la necesidad de aprender, de ver más allá de lo que se ve, de fluir con lo denso, difícil y traumático, pero también con lo luminoso, hermoso y constructivo, que es tan real como los anteriores aspectos".

Enfermedad curiosa

Para la escritora, el alzhéimer es una enfermedad "muy curiosa" y apunta que lo que ocurre es que normalmente un cuidador está tan ocupado y absorbido en el día a día, que no le da tiempo a reparar en cosas tan peculiares como, por ejemplo, el hecho de que la persona no recuerde tu nombre, pero sí le ubique por su manera de ser o que apenas pueda hablar y sin embargo sí pueda cantar o que no recuerde qué comió hoy, pero cuente con meticulosidad una escena de treinta años atrás.

"Creo que el alzhéimer es un viaje a la esencia, aunque para conseguirlo, el enfermo rompe la estructura del tiempo, las pesadas estructuras de pasados y presentes. Y ahí, los que supuestamente estamos sanos es cuando nos volvemos locos porque no sabemos adaptarnos a semejante anacronismo. Por eso, es importante jugar a reírnos de todos los relojes del mundo", ha dicho.

En este sentido, recomienda que las personas que tengan un familiar con esta enfermedad entiendan ese "viaje al revés" que hace el enfermo "y que si no protestamos con los pañales, papillas, noches en blanco, rabietas o cochecitos de un niño porque son incordios lógicos en un niño, intentemos sentir que hay otro niño tras las canas y las arrugas de un enfermo de alzhéimer. Y ese niño, necesita cuidados básicos pero como todos los niños, también cariño".

Asimismo, resalta que "se ha demostrado científicamente, que podemos tener un corazón biológico gastado y enfermo, pero un corazón emocional radiante y joven. Pues bien: sólo el cariño, el tacto y los abrazos, alimentan a ese corazón emocional. Entre el enfermo y el cuidador se da una relación muy fuerte: podemos utilizarla para quemarnos, quejarnos y destruir o para construir a través de dar y recibir amor".

A este respecto, recomienda a quienes tengan casos cercanos, o los tengan en el futuro, que "fluyan con la enfermedad, que aprendan de ella y de la persona que se vuelve niño, sin rubor, para enseñarles su corazón. Es un lujo, así que ¡no lo desperdicien! Es mejor convivir con el olvido que aguantar después los remordimientos de la memoria".

SOLIDARIDAD

Además de las aclaraciones y el mensaje de optimismo que transmite esta obra, Rosa Peñasco explica a Europa Press que ha pretendido ir más allá convirtiendo el libro en un proyecto de solidaridad del que se puedan beneficiar todas las asociaciones de familiares de enfermos de alzhéimer, ya que, a través del blog alzheimersolidario.blogspot.com, podrán solicitar ejemplares de Mi madre-niña, para venderlos entre sus socios y obtener fondos a favor del alzhéimer.

"Creo que la idea surgió porque, después de haber convivido con el alzhéimer durante más de diez años y conocer las necesidades que destapa la enfermedad, me resultó terrible saber que están a punto de cerrar infinidad de Centros de Día y Asociaciones de Familiares de Alzhéimer, por culpa de los recortes de lo no recortable y de las acciones de mercados y mercaderes que parecen fijar su atención en el tipo de interés, a costa de desatender a unos "tipos" realmente interesantes", manifiesta.

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