El paro, además, fue secundado por la totalidad de los trabajadores, a excepción de los que realizaron los servicios mínimos, según los sindicatos. Sin embargo, no se produjeron incidentes de tráfico en las entradas a Bilbao, al margen de las habituales retenciones.
De no llegar a un acuerdo entre los sindicatos y TCSA, la empresa que gestiona los autobuses públicos, el paro de ayer será el inicio de una larga huelga.
Los trabajadores pararán mañana jueves, Santo Tomás, durante toda la jornada, lo que podría suponer un colapso, por ejemplo, en el metro. El suburbano llevó ese día del año pasado a 340.000 pasajeros, que podrían ser muchos más si no hay autobuses. El siguiente paro está previsto para el día 23.
Amenazan con que sea indefinida
Los sindicatos y la dirección de TCSA mantienen un tira y afloja sin visos de solución. Ayer, la empresa hizo un llamamiento a los representantes sindicales para que tengan en cuenta «el carácter de servicio público» de los autobuses. Los sindicatos advirtieron, sin embargo, de que si para el 12 de enero no hay acuerdo, llevarán a cabo una huelga indefinida. Información en el 944 484 080 para Bilbobus y el 902 222 265 para Bizkaibus.
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