El acusado de matar en su mujer en Campo de Criptana (Ciudad Real) el 30 de enero de 2011 se lo confesó a su hermana antes de tirarse por el balcón de su vivienda en el segundo piso y le pidió que "no abandonara" a su hija de 13 años, tal y como este martes ha relatado la mujer en la segunda sesión del juicio que se sigue contra M.A.T.S. en la Audiencia Provincial de Ciudad Real.

En concreto, R.T.S. ha explicado al jurado popular que ese domingo el padre de ambos llamó al acusado para preguntarle si iba a ir a comer a su casa junto a su mujer y su hija, pero M.A.T.S. alegó que no porque se iban a ir a casa de sus suegros.

Sin embargo, cuando la familia estaba comiendo el acusado llamó a su casa y, tras coger el teléfono su padre, le dijo que quería hablar con su hermana, a la que dijo "no abandones a mi hija que he matado a Juli", por lo que se trasladaron a la vivienda de M.A.T.S. y encontraron que se había tirado por el balcón.

Fue entonces cuando la mujer comunicó a los agentes que su cuñada estaba muerta en el piso porque hasta ese momento los vecinos creían que estaba trabajando, ya que estaba empleada muchos fines de semana en un salón de bodas de la localidad.

Preguntada por si había notado algo a su hermano en los días anteriores al suceso, ha señalado que lo vio triste y apagado pero lo achacaba a los dolores de espalda que tenía desde hacía tiempo, ya que nunca le mencionó a la familia nada acerca de ninguna deuda.

También ha testificado en la sesión de este martes el hermano de la víctima, quien ha manifestado que, además de no saber que el matrimonio tuviera deudas porque su hermana lo único que comentó alguna vez a su madre es que no llegaban a fin de mes, no había visto nada raro en su cuñado y, de hecho, lo vio el día de los hechos cuando regresaba de dejar a su hija en casa de los abuelos y lo saludó con normalidad desde el coche.

Primera declaración

Por su parte, el primer Guardia Civil que tomó declaración al acusado en el hospital ha señalado que la conversación fue normal y fluida y que le confesó que llevaba meses pensando en hacerlo. También le preguntó por el estado de su mujer y le relató con detalle todo lo ocurrido.

En la sesión también han testificado los agentes que inspeccionaron el piso tras los hechos y han coincidido en señalar que no había signos de lucha, que el lugar en el que ocurrieron los hechos había fragmentos de cristales y que desde allí no tenía escapatoria, porque —además de que la mayoría de puñaladas las recibió por la espalda— el ordenador en el que estaba la víctima estaba entre las paredes y un sillón, lo que habría impedido su huida.

Asimismo, reconocieron que encontraron una cadena de oro del agresor "colocada" sobre la mesa y el reloj al lado del sillón en el que él mismo se apuñaló y en el que también encontraron sangre, así como el recibo del seguro de decesos "que estaba de pie en el mueble, para que se pudiera ver bien".

Finalmente, el agente que intervino en la identificación de las muestras de sangre, ha señalado que se encontraron tanto de la mujer como del hombre en el suelo de la casa y en las prendas que llevaba cada uno de ellos, mientras que había mezcla de ambas tanto en el cuchillo de 23 centímetros como en una de las zapatillas deportivas que llevaba M.A.T.S.

El acusado se enfrenta a penas que van desde los 25 años por asesinato con alevosía y ensañamiento que pide la acusación particular en representación de la madre de la víctima hasta los 20 años por asesinato que solicita la Fiscalía y la acusación que ejerce la Junta de Comunidades por un asesinato con la agravante de parentesco, pasando por la libre absolución y su ingreso en un centro psiquiátrico que pide la defensa.