"Cuando nos desahuciaron no teníamos ni para pagar la luz"

  • La Comunidad de Madrid ha entregado la primera de las 115 viviendas que cederá a familias desahuciadas, en paro o víctimas de la violencia de género.
  • La primera de estas familias beneficiarias había sido desahuciada de su vivienda, está en paro y tiene dos hijos pequeños.
  • Ahora pagarán poco más de 100 euros al mes por un piso de tres dormitorios en pleno barrio de Carabanchel Alto.
  • El Ivima ha tenido que cambiar el perfil de las familias a realojar debido a la crisis.
La familia Montero, víctima de un desahucio, con su nuevo piso.
La familia Montero, víctima de un desahucio, con su nuevo piso.
Jorge París
La familia Montero, víctima de un desahucio, con su nuevo piso.

Se llaman Sergio (el padre de familia, de 41 años), Marta (la madre, también de 41), Sheyla (la hija mayor, con 11 años) y Daniel (el pequeño, con 9). Son los cuatro miembros de la familia Montero, los cuales vivieron este martes el primer día de un nuevo comienzo, de una nueva vida, gracias a la obtención de un piso en Carabanchel a cargo del Instituto de Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima).

El encargado de darles la llave fue Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid. Se trata de la primera de las 115 viviendas que el Gobierno regional dará esta semana a personas desahuciadas, familias en paro y víctimas de violencia de género por su situación de especial necesidad.

En el caso de los Montero se reúnen además todas las circunstancias necesarias para la obtención de una casa: los progenitores se encontraban en paro desde hace casi dos años (ella se dedicaba a la limpieza y él a la construcción) y habían sido desahuciados de su vivienda en Segovia.

"Cuando nos desahuciaron no teníamos dinero ni para pagar la luz", dicen. Desde entonces vivían en la casa de la madre de ella, junto al bisabuelo de 96 años. "Una de las habitaciones era compartida por los niños y mi madre. No teníamos sitio para más", explica Marta a 20minutos.es. Toda la familia sobrevivía con el subsidio de desempleo de 426 euros mensuales.

Como ellos, otras 29 familias desahuciadas se verán beneficiadas con la obtención de una vivienda del Ivima fruto de esta iniciativa que, sin embargo, no es nueva. Hace unos meses, la Comunidad llegó a un acuerdo con Cáritas para ceder otras mil casas a familias en riesgo de exclusión social. "La diferencia es que esta tanda estará supervisada por el Iris (Instituto de Realojamiento e Integración Social), que antes se dedicaba sobre todo al realojo de poblados chabolistas. Pero la crisis ha sido tan profunda que nos hemos tenido que abrir a otros perfiles, sobre todo al de personas de clase media que acaban de perder sus empleos y que han reducido drásticamente sus ingresos", manifiesta un portavoz de la Consejería de Vivienda.

De hecho, González ya se mostró en su momento partidario de que las viviendas sociales que tiene en Madrid la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocido como el "banco malo", se destinen a las familias que están siendo desahuciadas.

50 metros cuadrados en Carabanchel Alto

El nuevo piso de los Montero, de 50 metros cuadrados, está situado en Carabanchel Alto. Consta de tres dormitorios, una cocina y un cuarto de baño y solo tendrán que pagar 128 euros al mes por él (98 de alquiler y 30 de comunidad) hasta que su situación socioeconómica mejore.

"Estos pisos no se otorgan a perpetuidad. El Iris se encargará de realizar un seguimiento social de las familias más vulnerables para facilitar la integración vecinal y controlar también si se siguen cumpliendo con los requisitos.Si ambos vuelven a trabajar y a tener ingresos (que esperemos que sí) las condiciones cambiarán, lógicamente", asegura un técnico de la Comunidad de Madrid.

Sergio, que se acaba de sacar el carnet para ejercer de vigilante de seguridad, es optimista sobre su futuro: "Durante el tiempo que he estado en paro me he sacado dos cursos. Confío en que mi suerte cambie. De momento, lo importante es poner los muebles en la casa y acoplarnos a nuestra nueva vida".

"Estamos algo nerviosos por la situación", puntualiza su mujer, Marta. "Pues yo no estoy nerviosa", le contesta su hija mayor, Sheyla. "Ellos no notarán tanto el cambio porque seguirán en el mismo colegio", explica su madre, "la casa de la abuela estaba aquí al lado", apostilla.

Y es que el nuevo comienzo por salir del largo túnel del desempleo resulta mucho más sencillo cuando se tiene un techo propio, tal y como reconoce Sergio: "Nosotros, además, tuvimos suerte. Nuestra entidad bancaria nos aceptó la dación en pago y ahora no tenemos deudas. Es el banco que antes se llamaba Caja Madrid…".

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