Alrededor de 150.000 personas descubrieron en 2012 un seguro de vida de un familiar fallecido

  • El Ministerio de Justicia creó un registro en 2007 donde cualquier persona puede consultar si existe una póliza de seguros de la que podría ser beneficiaria.
  • Desde que se puso en marcha, 540.000 ciudadanos se han enterado de que podrían tener derecho a cobrar uno de estos seguros.
  • Si existe el seguro de vida pero quien hace la consulta no es el beneficiario, la aseguradora no está obligada a revelar la identidad de quien lo cobrará.
Papeleo administrativo en una empresa aseguradora.
Papeleo administrativo en una empresa aseguradora.
GTRES
Papeleo administrativo en una empresa aseguradora.

Casi 150.000 personas descubrieron en 2012 que un familiar fallecido tenía contratado un seguro de vida que desconocían y del que podrían ser beneficiarios, tras consultar el registro creado en 2007 por el Ministerio de Justicia para evitar que estas pólizas queden sin cobrar.

Según los datos facilitados por Justicia, con estas 150.000 son ya 540.524 personas quienes se han enterado por esta vía en los seis años que lleva operativo el registro de que podrían tener derecho a cobrar uno de estos seguros.

Esto significa que aproximadamente un tercio de las consultas realizadas al registro en estos años han tenido resultados positivos, ya que en total se han tramitado 1.653.041 solicitudes, 373.103 de ellas en 2012.

Cualquier ciudadano que crea que puede ser beneficiario de un seguro de vida suscrito por un familiar puede acudir a comprobarlo al registro transcurridos 15 días hábiles desde el fallecimiento del posible titular, para lo que tendrá que adjuntar el certificado de defunción y rellenar la correspondiente solicitud.

El registro emitirá una certificación donde consten, en su caso, los seguros que correspondan, con lo que el interesado podrá acudir a las aseguradoras con las que se contrataron para conocer si es o no beneficiario de la póliza.

Identidades no reveladas

Si existe el seguro de vida pero el familiar que hace la consulta no es el beneficiario, la aseguradora no está obligada a revelar la identidad de la persona que lo cobrará.

De esta manera, una viuda o un viudo pueden encontrarse con la sorpresa de que su cónyuge tenía algún seguro de vida del que ni ellos ni sus hijos son beneficiarios, sino una tercera persona, cuya identidad podrá permanecer en el anonimato.

Hasta el pasado 31 de diciembre, las aseguradoras habían comunicado a este registro información relativa a unos 103,7 millones de pólizas.

El certificado se puede solicitar por correo, por Internet o personalmente, acudiendo a la sede central del registro en Madrid o a las gerencias territoriales del Ministerio de Justicia, entre otras posibilidades.

Se puede pedir en vida

También se puede pedir esta información en vida si una persona tiene dudas sobre las pólizas que tiene contratadas.

En este caso, el Ministerio emite una nota informativa, algo que ha hecho ya en 25.664 ocasiones desde junio de 2007, una cifra que va incluida en las consultas ya mencionadas. Solo entre enero y diciembre de 2012, se emitieron 3.862 notas informativas, añaden los datos.

Siguiendo con las cifras más recientes, 369.241 personas obtuvieron el año pasado el certificado en respuesta a su petición de información, de las que 148.687 tenían una póliza de vida asociada y otras 220.554 no la tenían, mientras que el resto eran las mencionadas notas informativas, peticiones en vida.

Según los datos de Justicia, de todas las solicitudes que recibieron en 2012, 5.459 llegaron por vía telemática y, de ellas, 2.412 tenían asociada alguna póliza.

Otras 143.010 peticiones de información procedían de las notarías, que lo hacen de oficio cada vez que tramitan una herencia, una vía que tuvo éxito en 46.031 ocasiones.

Otras 32.771 solicitudes llegaron a través de la ventanilla, es decir, se hicieron en alguna de las oficinas habilitadas para este fin, y, en este caso, 14.408 solicitudes tuvieron resultado positivo.

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