La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha señalado este viernes durante su intervención en el acto institucional del Día de la Región que se celebra en Cuenca, que "nadie" debería acusarles ni perdonarles "ser un gobierno irresoluto" porque aún les "queda mucho camino por recorrer".

"En este tiempo, el entusiasmo y la voluntad, pero también las certezas y la actividad tienen que ser los motores de nuestro empeño colectivo", ha subrayado Cospedal, que ha advertido de que no "vacilará" en su "programa de reformas".

"No lo haremos porque nos sacude el sentido de la responsabilidad", ha asegurado.

Ha admitido que la "expresión más dramática de nuestras debilidades" son los más de 268.188 desempleados que tiene una región a la que "la crisis ha golpeado con dureza", evidenciando que "lo que muchos creímos fortalezas económicas no eran tales".

Con este colectivo y su sufrimiento el Gobierno regional "tiene una obligación inexcusable" ya que "se trata, no de un deber, sino de un deber hacer".

Esta urgencia ha marcado "y va a seguir marcando", el ritmo de las reformas, ha manifestado la presidenta autonómica, que ha incidido en que una sociedad en recesión "no puede dejar desamparados a los más débiles, al albur de la exclusión social", y por eso seguirán cuidando con todos sus esfuerzos y vocación a aquellas personas que se encuentran "en peor situación".

Sin embargo, ha añadido que tampoco se puede avanzar si el Ejecutivo se desvía de la senda de la austeridad, el ahorro y la sobriedad en el gasto que ha trazado este Gobierno "y que tiene su expresión más reseñable en la reducción del déficit en más de 6 puntos en un año".

"Estamos trabajando en la buena dirección y tenemos que perseverar en la senda de crecimiento y de la sobriedad. Las demás ideas que se puedan plantear son equivocadas y nos han llevado a lugares de una gran frustración", ha precisado la responsable autonómica.

Sistema democrático

En otro punto de su intervención, ha apelado a la legitimidad que le han dado las urnas, otorgándole democráticamente la posibilidad de ejercer responsabilidades de Gobierno, y a su propia "ambición personal", que no es otra que la de ver crecer y prosperar a esta tierra, como compromisos de su responsabilidad para trabajar todos los días y que el futuro "garantice la igualdad de oportunidades".

Cospedal ha finalizado su discurso diciendo que "las decisiones comprometidas que se adoptan para resolver la crisis o incluso los errores personales o de gestión no pueden cuestionar el sistema democrático y de representación" porque "el poder político se fundamenta en el poder social y en la presencia de una oposición vigorosa y leal".

A renglón seguido, la jefa del Ejecutivo ha afirmado que para que exista "armonía y bonanza" en la sociedad es necesario encontrar entre todos lugares de encuentro porque "en la política como en la vida siempre que uno quiere pueden existir lugares de encuentro".

"La España de la negación y de la exigencia airada solo nos va a llevar a un callejón sin salida", ha dicho.

Casas colgadas,

Fuente de inspiración

Cospedal, que ha iniciado su intervención agradeciendo a los premiados su trayectoria y su trabajo, se ha referido también al símbolo por excelencia de la ciudad de Cuenca, las Casas Colgadas, que son "evocadoras de muchas cosas" por el simbolismo que encierran y "fuente de inspiración para cuantos deseamos que Castilla-La Mancha se embarque definitivamente en la modernidad".

"Se imbrican en el pasado pero también representan —gracias al sueño de un hombre y de muchos más, como el pintor Fernando Zóbel— la imagen de lo contemporáneo de forma absoluta, de la fusión viva entre la tradición y la vanguardia", ha apuntado Cospedal, que ha remarcado la fe infinita que tiene en el progreso de su tierra y el convencimiento de que "el brío que impulsa el cambio será siempre lo que nos pondrá de pie".