La Unión Europea (UE) empieza hoy en una semana decisiva, en la que puede verse sumida en una grave crisis si no logra resolver las profundas diferencias sobre el futuro de las negociaciones de adhesión con Turquía y la ampliación de la Unión.

Los Veinticinco llegan divididos sobre ambos puntos a la reunión de ministros de Exteriores de la UE que tendrá lugar mañana en Bruselas, y de no haber acuerdo corresponderá a los líderes europeos deshacer el entuerto en su cumbre de los próximos jueves y viernes.

Fuentes diplomáticas hablan de "confusión absoluta" y "caos" en la UE tras la inesperada propuesta de Turquía la semana pasada de abrir de inmediato uno de sus puertos y un aeropuerto a Chipre.

La propuesta, hecha por teléfono a la presidencia de turno finlandesa de la UE sin dar detalles, ha servido para enconar más los ánimos respecto a la recomendación de la Comisión Europea (CE) el 29 de noviembre de congelar ocho de los 35 capítulos de la negociación con Turquía y de no cerrar ninguno hasta que Ankara abra todos sus puertos y aeropuertos a Chipre en aplicación del protocolo adicional que firmó en 2005.

Demasiado dura

Al menos cinco países -España, Italia, Reino Unido, Suecia y Estonia- encuentran la propuesta de la CE demasiado dura con Ankara y proponen suspender las negociaciones sólo en los tres capítulos relacionados con ese protocolo aduanero -libre circulación de mercancías, transportes y unión aduanera.

España teme que si la UE cierra sus puertas puede haber "una involución" en Turquía, un país de mayoría musulmana moderada y cuyo Estado es laico.

Negociaciones desde octubre

La UE abrió las negociaciones de adhesión con Turquía el 3 de octubre de 2005 después de que ampliara el protocolo aduanero de Ankara a los diez nuevos miembros de la UE que ingresaron en mayo de 2004, entre ellos Chipre, con la que no mantiene relaciones desde 1974, cuando tropas turcas invadieron el norte de la isla.

Finlandia ha pedido precisiones a Ankara sobre su oferta, pero no se espera una respuesta de Turquía antes de la reunión de ministros del lunes, por lo que, en contra de los deseos de Helsinki, Turquía dominará seguramente la cumbre de los líderes.

De momento, el primer ministro finlandés, Matti Vanhanen, se ha limitado a calificarla de "insuficiente", mientras que Chipre ha hablado de una "mofa" a la UE y ha amenazado con vetar la continuación de las negociaciones.

El comisario europeo de Industria, Günther Verheugen, dijo hoy en Alemania que la oferta "no hará cambiar las cosas".

De no alcanzarse un acuerdo esta semana, las negociaciones con Turquía se verían paralizadas, según fuentes diplomáticas.

Promesas de la UE

Turquía exige para aplicar plenamente el protocolo de Ankara que la UE cumpla sus promesas de apoyar económicamente a la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) -no reconocida por la comunidad internacional- mediante el fin del bloqueo al puerto de Famagusta y al aeropuerto de Ercan.

La UE se comprometió a brindar esa ayuda después de que la RTNC votara masivamente en un referéndum en marzo de 2004 a favor de un plan de la ONU para reunificar la isla, que sin embargo fue derrotado en otro plebiscito en la parte sur, lo que impidió a los turco-chipriotas entrar en la UE en mayo de ese año.

El margen de maniobra del Gobierno turco en esta cuestión es limitado, ante la proximidad de las elecciones parlamentarias de 2007 y las encuestas de opinión que muestran una dramática caída del apoyo popular al ingreso en la UE en los últimos dos años.

En desacuerdo con el último borrador

Los Veinticinco tampoco están de acuerdo respecto al último borrador de conclusiones de la Presidencia finlandesa sobre la futura estrategia de ampliación de la UE, que será debatida en la cumbre de los próximos jueves y viernes.

Un párrafo en el que se afirma que la UE "mantendrá sus compromisos existentes hacia los países en el proceso de ampliación, pero considerará cuidadosamente cualquier nuevo compromiso", ha levantado recelos ante los partidarios de incorporar a los países de los Balcanes Occidentales a la Unión.

Estas diferencias hacen pesar sobre la cumbre de la semana próxima la amenaza de una ruptura en la UE, que ha visto ya retrasadas decisiones importantes, como la firma de un acuerdo estratégico con Rusia el pasado 24 de noviembre, debido al creciente uso del derecho de veto entre sus miembros.