Aguirre pide la dimisión del presidente del Tribunal Supremo por defender los escraches

  • Aguirre considera que ha perdido "el sentido común" con los escraches.
  • El presidente del TS, Gonzalo Moliner, considera que los escraches, mientras que no sean violentos, se encuadran dentro de la libertad de manifestación.
  • "Moliner debe dimitir. Y cuanto antes, mejor".
Esperanza Aguirre, en un acto cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid.
Esperanza Aguirre, en un acto cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid.
GTRES
Esperanza Aguirre, en un acto cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid.

La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, considera que el presidente del Tribunal Supremo (TS) y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, debe dimitir al entender que "ha perdido el sentido común" por considerar que los escraches, en tanto que no sean violentos, son una muestra de la 'libertad de manifestación'.

"Por la dignidad del cargo que se le otorgó, por la seguridad jurídica de todos los españoles, que se ve en peligro cuando el presidente del Tribunal Supremo cree que acosar a representantes legítimos de los ciudadanos e invadir su intimidad es un buen ejemplo de la libertad de manifestación, el señor Moliner tiene que dimitir. Y cuanto antes, mejor", ha enfatizado Aguirre.

Así lo ha manifestado en un artículo publicado en el diario ABC, donde asegura que Moliner "no siente ningún respeto" por el Estado de Derecho al mantener este tipo de posturas sobre los escraches.

"Que este señor, que ocupa una de las más altas magistraturas del Estado y la más alta en el Poder Judicial, haya hecho esta afirmación demuestra que no siente ningún respeto por el Estado de Derecho. Y esto conduce inevitablemente a la necesidad de que abandone la alta responsabilidad que le ha sido encomendada y deje el puesto a alguien que sepa qué es eso que llaman escrache, que no haya perdido el sentido común y, sobre todo, que tenga claro qué es un Estado de Derecho, y cómo eso, el Estado de Derecho, es un logro de la civilización occidental", ha defendido.

Aguirre sostiene en su artículo que el "palabro escrache" es un "evidente intento de llamar de una forma nueva" a algo "muy viejo" y que se sabe "muy bien qué es". "La práctica de este fenómeno nuevo nos ha demostrado que el auténtico nombre de eso, del escrache, sería acoso violento con gestos obscenos, palabras insultantes y actos amenazadores al que se somete a algunos legítimos representantes políticos de los ciudadanos, a sus familiares y a sus bienes", ha aseverado la presidenta del PP de Madrid.

A su juicio, las manifestaciones de Moliner son censurables porque "cuando se es el presidente del Supremo, cuando se habla, se sienta cátedra". "Otra cosa que parece ignorar este señor", le ha recriminado para censurar también su "benevolencia" mostrada con "sus comprensivas palabras" hacia "los acosadores de la intimidad de los políticos (del Partido Popular, por supuesto)".

"Podríamos pensar que el único límite que pone el señor Moliner a estos acosos sería el de la agresión física con resultado de lesiones. Y que todo lo que antecede a esa agresión física no hay por qué considerarlo violencia. Esto sería tanto como considerar que se pueden permitir la persecución constante, los gestos obscenos y las palabras soeces y procaces dirigidas a una mujer y que sólo podríamos hablar de violencia y acoso sexuales cuando se consuma la violación", ha afirmado Aguirre.

Compara el acoso sexual con los escraches

"Pues no, señor Moliner. Acoso sexual violento, intolerable y punible son los gestos obscenos y las palabras soeces, igual que son violentos, intolerables y perseguibles los gritos a la puerta del piso de un diputado o el empapelamiento de su vivienda particular", ha proseguido la presidenta de los populares madrileños.

Al respecto, le ha pedido al presidente del TS que se ponga "en situación" y piense lo que le parecería que identificaran su domicilio habitual, se lo "empapelaran con insultos" y que "a su mujer, a sus hijos o a sus familiares más cercanos les gritaran cosas tan suaves como criminales o asesinos.

"Es tan evidente lo que usted pensaría que no merece la pena que gaste más razonamientos en demostrarle su gravísimo error", ha concluido.

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