Esperan a la entrevista en su discográfica. Mientras, ojean una revista pornográfica.

Su disco fue el más vendido hace unas semanas...

Es la primera vez que un álbum de rap ha sido número uno de ventas en España. Ahora lo es Alejandro Sanz, pero nuestra semana está ahí.

¿El rap está de moda?

Es una música que no existe en la televisión ni en las radios. En este país manda lo comercial. Nosotros empezamos desde abajo.

Quieran o no, ahora les toca convivir con las leyes del mercado discográfico...

Al vender copias de tu disco acabas dentro, es inevitable, pero hay una cosa clara: no cedemos ante nadie.

¿Les sienta bien la fama?

Somos el mejor grupo de rap de España. Lo demostramos llenando en cada concierto.

¿No es una afirmación un tanto prepotente?

El rap es competición. Es decir, "yo soy el mejor en el micro", y demostrarlo. Nosotros lo hacemos con rimas incomparables.

¿Siguen siendo los mismos?

Totalmente. El nuevo disco es puro rap. Defendemos la autenticidad del estilo.

¿Y qué es el rap?

Una forma de vida. Lo abarca todo, es un estado mental. Vivimos para esta música.

¿Es un mundo masculino?

Hay menos tías, aunque algunas triunfan. Mira a la Mala Rodríguez.

¿Rima o música?

Todo está igualado. Un rap elaborado necesita de una buena base musical.

Ustedes no riman como si fuesen del Bronx...

El rap español y el estadounidense son distintos. No hablamos de armas, de limusinas o de crack. Rimamos sobre aquello que vivimos.

En su disco tratan temas actuales.

Sí, como el empleo precario. Nadie debe aguantar que un jefe le grite.

¿Ustedes han logrado evitar esos malos tragos?

Por ahora vivimos de esto. Los conciertos dan dinero. Tenemos una tienda, un estudio y una línea de ropa. Invertimos lo que ganamos. Los del rock se lo gastan en drogas y sexo (risas).

¿Cuál es la música más extraña que escuchan?

Las rancheras. Son historias con sentimiento (risas).

En su disco también se meten con la Expo de Zaragoza...

Mira la del 92, en la Cartuja de Sevilla. Ahora allí sólo hay edificios desiertos. Es ridículo.